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Un penalti en el tiempo añadido, cuando parecía que el Paris Saint-Germain estaba sumido en el abismo de la eliminación, permitió a Kylian Mbappé empatar ante el Newcastle y mantener vivas sus posibilidades de clasificarse para los octavos de final de la Liga de Campeones.
En el 98, los corazones estaban apesadumbrados en el Parque de los Príncipes, ya que un gol del sueco Alexander Isak los dejó en una situación muy precaria al borde de su primera eliminación en la fase de grupos de la era qatarí, comprometiendo el proyecto de Luis Enrique.
Pero en el último suspiro, un pitido gracias al VAR cuando todo parecía perdido les salvó ante un Newcastle decidido, que ahora ve sus opciones dejadas con una dura carroza.
A corto plazo, los ingleses pusieron su destino en sus propias manos, confiando en que el PSG perdiera en Dortmund y venciera al Milán. Una ecuación compleja.
Un marcado contraste con los franceses, quienes en esos fatídicos minutos muy probablemente tenían en sus manos la opción de avanzar por duodécima temporada consecutiva.
Privados de ocho jugadores clave, los ingleses consiguieron un empate en París, un resultado convincente tras una aplastante victoria en St James’s Park, y lo hicieron con lecciones de orden y trigonometría que no dejaron premio para la mano final. de Livramento.
Los dos entrenadores eligieron asfixiarse, jugar sin espacio, jugar en apnea, ni un segundo para pensar, ni un momento para calibrar, sólo gestos rápidos, ejecución eléctrica iluminando el choque en tantas revoluciones que parecía que podía. Explotando a cada momento.
Cada pelota era un duelo, cada partido una batalla, un desafío constante que mantenía el corazón en un puño, sin descanso, cargando cada centímetro de césped, valiendo todo lo que estaba en juego.
Respaldados por la multitud, los franceses salieron más decididos y después de tres minutos pusieron a prueba la suerte de ambos bandos, con Eddie Howe convenciendo a sus hombres de que no iba a ser una batalla de trincheras.
Pero en el tramo final, el español Fabián Ruiz, que fue el encargado de sacar el símbolo de ausencia para el lesionado Warren Zaire-Emery, se desvió, y Mbappé estuvo demasiado dotado con un centro de Achraf Hakimi para marcar de Rabona a las seis. Pero se encontró con el portero Nick Pope.
Un temprano ataque parisino fue respondido en el minuto 12 por un veloz contraataque inglés que culminó con un centro del paraguayo Miguel Almirón que Isak, en el primer palo, remató por encima del travesaño.
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