Peter DeBrien, responsable del proyecto de turismo sostenible de la UNESCO, advirtió que las protestas antiturismo en España en las últimas semanas podrían extenderse a otros países europeos.
“Lo que estamos viendo es que estamos superando los límites de tolerancia en estos destinos”, dijo DeBrien. “Realmente estamos tratando de equilibrar la situación. Ahora está completamente desequilibrado”, añadió, citado por el periódico británico The Guardian.
En los últimos meses, miles de españoles se han manifestado contra el turismo de masas en Málaga, Mallorca, Gran Canaria, Granada y Barcelona. Los ciudadanos del destino más popular de España, el segundo país más visitado del mundo, se han manifestado en contra de una avalancha de turistas que, según dicen, ha hecho que sus ciudades sean inhabitables.
En julio, una protesta contra el turismo en Palma de Mallorca, España, atrajo a unas 10.000 personas. Uno de los manifestantes dijo a Reuters que la gente quería menos turistas debido a los enormes aumentos de precios en la isla y la presión sobre los servicios públicos.
Una crisis de vivienda en áreas muy visitadas podría ser el colmo, dijo DeBrien, sumándose a las preocupaciones existentes sobre la asequibilidad de las viviendas turísticas, ya que las propiedades disponibles son utilizadas para fines de alquiler por los visitantes, lo que encarece los precios.
El mes pasado, manifestantes antiturismo en Barcelona rociaron a los visitantes con cañones de agua y sostuvieron carteles que decían “Turistas, váyanse a casa” y “No son bienvenidos”.
DeBrien calificó las acciones de “extremas e innecesarias”, pero dijo que “no desaparecerán hasta que haya algún tipo de respuesta”.