Portavoces de organizaciones no gubernamentales advierten que la participación de estas poblaciones en sus comunidades es vital para su pleno desarrollo y el ejercicio de sus derechos.
Caracas. A sus 17 años, Camila hojeaba su celular cuando se topó con una publicación en la red social Instagram que promocionaba la quinta cohorte de Haz lo que eres, un programa de la organización no gubernamental Mass Ciudadanos. La publicación invita a adolescentes interesados en la participación cívica a un curso de formación para descubrir su vocación y posteriormente crear un proyecto comunitario.
Camila tenía curiosidad. Les pidió información y se apuntó a una formación. Ahora, a sus 20 años, estudiante de lenguas modernas de la Universidad Central de Venezuela, participa activamente en la resolución de problemas de su comunidad, ubicada en la parroquia El Junquito, Caracas. Continuó participando en actividades similares y también se involucró en la política estudiantil.
“Cuando entré al programa fue un punto de inflexión, empezó una nueva era para mí. Fue transformador: llegué siendo un adolescente, recién graduado de la escuela secundaria y no sabia que direccion tomar. “Crecí en una comunidad pequeña donde no había mucho espacio para el activismo o la participación cívica”, dijo Camilla.
Se crea Más Ciudadanos, asociación cívica sin ánimo de lucro que trabaja para promover y fomentar los valores y la cultura cívica haz lo que haces En 2018, para adolescentes y jóvenes, de 15 a 22 años, como destino de formación ciudadana, proyecto de vidaLiderazgo, comunicación efectiva y desarrollo de proyectos comunitarios.
“La idea es que adquieran herramientas para un mejor autoconocimiento, para proyectarse y comenzar a comunicarse entre sí, adquiriendo habilidades blandas que les ayuden a desarrollarse.“explicó Teresa Raymond, coordinadora de proyectos de la asociación.
En Venezuela, la Ley Orgánica de Protección a la Niñez y la Adolescencia (perdido) en su artículo 81 reconoce el derecho de estas poblaciones a participar “libre, activa y plenamente” en los asuntos que les conciernen, así como tienen derecho a la inclusión progresiva en el ejercicio de la ciudadanía activa. El ideal también establece que el Estado, la familia y la sociedad deben crear y promover oportunidades de participación.
En 2023, la Asamblea Nacional también aprobó la Ley de Participación Estudiantil en el Subsistema de Educación Básica, cuyo objetivo era “promover y desarrollar formas de liderar la participación y Practicar la ciudadanía activa Estudiantes del Subsistema de Educación Básica”, para garantizar la educación, así como formular políticas públicas al respecto.
A pesar de estar establecido por la ley venezolana, fuentes consultadas para este informe coinciden en que el país aún tiene un largo camino por recorrer para garantizar el derecho a la participación de niños, niñas y adolescentes. Señalan que el Estado no brinda garantías adecuadas para el disfrute de este derecho y, por otro lado, la mayoría de las iniciativas provienen de organizaciones de la sociedad civil.
Participación real y protagónica
Carlos Trapani, coordinador general Secodap (Centro Comunitario de Aprendizaje) -organización venezolana que trabaja por los derechos de la niñez y la adolescencia- dijo que aún existe una Enfoque centrado en el adulto“Lo que caracteriza a los niños como personas que no saben ni entienden y dice que los adolescentes son incapaces de conectarse con los problemas sociales actuales”. Consideró que en ocasiones esta población es objeto de manipulación y se les incluye en actividades en las que se simula su participación, cuando en realidad cumplen una función más decorativa.
“La idea es que la participación de los niños sea sostenible, de calidad y que desarrollen habilidades personales, sociales y comunitarias a partir de estos procesos y experiencias.“explicó Trapani.
La participación de esta población en sus comunidades es fundamental para su pleno desarrollo y el ejercicio de sus derechos, afirma el comunicador social Julivik Mejías, director de Otro EnFolk, organización defensora de los derechos humanos que capacita a niños y adolescentes de comunidades vulnerables para proteger los derechos humanos mediante promover una cultura de paz y no violencia.
“Esta participación debe ser real y protagónica. Lamentablemente muchas veces se posicionan para relleno o decoración, y eso no es participación. Recalco: Un espacio de participación no es hablar de niños y adolescentes, es hablar con niños y adolescentes.“Él reveló.
Anzheimer Gill, investigador y ex consultor para la protección de niños y adolescentes, explica que existe un dispositivo Escalera de participación infantil Por Robert Hart, ocho niveles que indican cuán real es su participación en la toma de decisiones.
Dijo que para que esta participación sea real es necesario apegarse a lo establecido en los niveles siete (iniciado y guiado por niños y niñas) y ocho (iniciado por niñas y niños, compartido con adultos), pero por ejemplo, en Venezuela en el nivel de vocero solo alcanza los niveles dos y tres del escalafón (condecoración y participación simbólica).
Gill identificó como buena práctica que en algunas escuelas privadas, al final del año escolar, Encuesta de satisfacción Donde los estudiantes participan para dar sus opiniones. “Cada docente es evaluado por su desempeño y el contenido de las materias que cursa. Esto se considera como una respuesta a los docentes de la institución”, explicó.
Por otro lado, comentó que “casi siempre cuando se celebra el aniversario de la desaparición los alcaldes abren el consejo legislativo para que los niños vayan a dar su opinión”, pero lamentó que “queda ahí, no es Constante, está perdido y “no nos vamos a sentir parte de ninguna decisión”.
él Análisis de tendencias en la situación de derechos de niños, niñas y adolescentes en VenezuelaPublicado por la Red por los Derechos Humanos de la Niñez y la Adolescencia (Redhana), informó que entre agosto de 2023 y febrero de 2024 se registraron 33 actividades en 12 estados, relacionadas con la participación de niños, niñas y adolescentes en escuelas públicas, en su mayoría de carácter educativo asociado a vacaciones.
“Es necesario monitorear la incierta oferta de procesos, programas o espacios diseñados para promover y apoyar la participación como medio necesario para desarrollar las capacidades de niños y adolescentes”, explica el informe.
Esfuerzos de la sociedad civil
Actualmente, existen varios proyectos de organizaciones de la sociedad civil que trabajan la participación ciudadana de niñas, niños y adolescentes, entre ellos: Cecodap, Más Ciudadanos y Otro Enfoque.
En alianza con la organización Empodearmere, Otro Enfoque desarrolla el programa a partir de febrero de 2023. JudeópolisCon el objetivo de impartir formación a adolescentes y jóvenes en áreas como: ciudadanía, democracia y participación pública. Asimismo, los participantes Desarrolla tu propio proyecto Luego de identificar el problema principal, sus organizadores brindan capital económico para ayudar a las comunidades donde viven.
“Finalmente, los chicos tendrán la oportunidad de identificar los principales problemas que afectan al país, proponer soluciones y crear un documento que será presentado a las autoridades y así incidir en las políticas públicas.“explicó Julivic. Para agosto de 2024, los proyectos estaban activos en Caracas, Carabobo y Miranda, y planean expandirse a Bolívar, Nueva Esparta, Mérida, Julia y Anjotegui.
Como resultado de este primer grupo, uno de los proyectos de desarrollo Semillas de pazDonde un grupo de jóvenes combate la violencia entre pares a través del juego y creando un espacio seguro, donde acatan sus propias reglas basadas en el respeto y el buen comportamiento.
El 22 de julio, un grupo de 11 niños, niñas y adolescentes junto con Secodap redactaron un documento para la opinión pública con 10 propuestas sobre diversos temas que les afectan en las áreas de salud, educación, derechos de participación, libertad de expresión, no libertad. Discriminación, entre otros. “Los adultos asumimos lo que queremos. Pero, ¿y si nos hacen preguntas?
- Este reportaje es resultado de una beca de producción periodística para promover el conocimiento sobre el derecho a la participación en Venezuela, otorgada por Espacio Público y Crónica.Uno. La edición estuvo supervisada por María Victoria Fermín Kay, coordinadora de la Unidad de Contenidos Especiales.