En octubre, los analistas advirtieron que quienes tenían dólares los vendían en el mercado paralelo y acumulaban más bolívares para comprarlos en negocios regulados por las tasas oficiales. De esa manera, pueden ganar un 25% más de dinero que si pagaran directamente en dólares, explican. Todas estas tácticas no añaden más que “distorsión” al funcionamiento normal del comercio, dijo a la VOA el economista venezolano Manuel Sutherland.
Según él, el valor oficial de la moneda en Venezuela tiene “una fuerte brecha” debido a un tipo de cambio muy “apreciado” debido a una política cambiaria basada en la inyección de millones de dólares en el mercado provenientes del negocio petrolero, que es creado fundamentalmente por empresas transnacionales, su estabilidad para mantener Esto es lo que investigadores y economistas independientes llaman intervenciones cambiarias similares a flotaciones “sucias”.
Algunos minoristas han comenzado a cobrar sus productos en euros, una moneda que oficialmente vale aproximadamente un 10% más que el dólar, para tratar de cerrar la brecha entre las distintas cotizaciones del dólar.
Sutherland, director del Centro de Investigación y Capacitación de los Trabajadores (CIFO), explicó que los petrodólares “tienden a sobrevaluar (o apreciar) los tipos de cambio y las divisas para la productividad real de la economía”, reduciendo la competitividad de las industrias locales, en favor de las importaciones. , es decir, con bienes extranjeros. Promover la sustitución de la producción nacional.
La “brecha” entre los dos tipos hace que muchas personas “pierdan dinero” (cambiando su moneda a un tipo más bajo o vendiendo materias primas a un tipo más bajo), “destruyendo gran parte del potencial de ganancias y reinversiones a corto plazo”. ” (bajo ataque de arbitraje cambiario aleatorio)” Y alimenta varios intercambios que en algún punto de la cadena económica ponen en desventaja a varios agentes. Aquellos que se “sobreprotegen” aumentando demasiado los precios de las divisas, pierden clientes, dejan de vender o reducir la rotación de sus inventarios.
“La política de anclar el tipo de cambio a un valor apreciado para contener la inflación ha fracasado miles de veces en Venezuela, no tiene un sentido económico sólido y está ligada a la doble política de endeudamiento y estrangulamiento fiscal”, afirmó. Quemar moneda, es decir, vender moneda a precios bajos (para contener la apreciación del tipo de cambio) es una política de muy corto plazo, que desperdicia grandes recursos y se vuelve completamente inútil. Beneficia sólo a los compradores “privilegiados” a quienes se les asignan divisas a tipos de cambio más bajos.