Familiares de presos políticos fueron hostigados por funcionarios de la PNB para que se alejaran lo más posible de la entrada del Helicoidal. Unos 100 presos políticos se encuentran recluidos en la sede del Sebin, que ha sido calificado como “el mayor centro de tortura de América Latina” por organizaciones de derechos humanos.
Los familiares de los presos políticos pidieron su liberación inmediata antes de Navidad con oraciones y gritos de “libertad”.
“Padre Eterno, te pedimos perdón si hemos hecho algo malo (…) Señor, todos los que estamos aquí somos inocentes. “Hoy es un día de milagro, sé que tu virgencita va a hacer milagros porque eres una madre”, preguntó el periodista Lewis a la hermana de López, un familiar reunido frente a la sede del Sebin la tarde del miércoles 27.
No queremos visitas, las queremos gratis, insiste María López, quien debe visitar frecuentemente a su hermano para darle comida, ropa limpia o los medicamentos que necesita.
Unos 100 presos políticos se encuentran recluidos en la sede de Sabin, que ha sido calificada como “el mayor centro de tortura de América Latina” por organizaciones de derechos humanos.
Familiares como Frances Fernández, esposa del periodista Carlos Julio Rojas, han denunciado haber sido maltratados por los guardias. Una situación similar enfrentaron durante la vigilia organizada por el Comité de Familiares por la Libertad de los Presos Políticos, ya que fueron hostigados por funcionarios de la PNB para que se alejaran lo más posible de la entrada del Helicoidal.
En los últimos días, Fernández también informó que el activista, encarcelado desde abril por su participación en un intento de magnicidio contra Nicolás Maduro, compartía celda con otras 14 personas. Todos los días va a ese lugar a entregar comida.
“Vamos a volver a la confianza”, dijo Fernández, quien también dijo sentirse vulnerado emocionalmente por los funcionarios. Su petición, como la de la esposa del líder Freddie Superlano, Aurora Silva, es por “libertad” y “dignidad”.
“Rezamos por la liberación de todos los presos políticos, para que se respeten todos sus derechos. “Freddy lleva 120 días detenido y no lo hemos visto”, destacó Silva, al tiempo que comentó que afectó el bienestar de sus dos hijas.
Carol Figueroa tampoco vio a su esposo Pedro Guanipa durante 70 días. El secretario de la alcaldía de Maracaibo fue detenido en la frontera con Colombia, cuando se dirigía a Bogotá para una reunión familiar.
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Pedro Guanipa está en el mismo caso junto a otras cuatro personas por presunta corrupción. “A ellos (los presos políticos) se les niegan todos sus derechos. ¿Cómo es posible que no lo hayamos visto, no hayamos hablado con él hasta ahora? Sus hijos, su esposa, su hermano, nadie sabe de él”, afirmó la mujer.
Viejos y nuevos presos políticos
Dentro del Helicoide hay viejos y nuevos presos políticos, como los hermanos Guevara, que ya llevan 20 años detenidos, o Luis Esturiez, uno de los coordinadores del Véneto en el estado Miranda y detenido por una policía el 24 de agosto. control
Los hermanos Rolando y Otoniel Guevara, así como su primo Juan Batista Guevara, fueron condenados a 30 años de prisión por la muerte del fiscal Danilo Anderson.
El hermano de Juan Bautista, José Luis Guevara, recordó que sus tíos murieron y nunca vieron liberados a sus hijos. “Ya llevan 20 años en prisión, fueron sembrados por la muerte del fiscal Danilo Anderson. Queremos su libertad. “Ya es suficiente”.
Según el Código Orgánico Procesal Penal, los hermanos Guevara y sus primos debieron haber recibido medidas alternativas para cumplir sus penas, pero los tribunales han rechazado sistemáticamente sus solicitudes.
“Ya basta, ya basta. Han sido encarcelados aquí de por vida. Sus vidas han cambiado”, afirmó.
José Luis y su padre solicitaron que Guevara sea incluido en la revisión del caso anunciada por la Fiscalía. “Esperamos que tengan la oportunidad de revisar esto a fondo y darse cuenta de que no tuvieron nada que ver con el caso, fueron plantados”.
Ylitze Espinoza, madre de Isturiz, no pudo verlo hasta hace un mes y medio cuando se le concedió el régimen de visitas. “Él mantiene su fe porque está luchando por un buen país (…) Lo único que hacemos es creer, orar y venir. Hay tres días que tienes tu paquete, martes, jueves y sábado. “Vinimos para que lo sepas. . Que no estás solo.”
Lewis Eastridge, como otros presos, tiene una defensa pública que ni siquiera ha podido acceder al expediente porque estaba clasificado como “reserva estatal”. Fue acusado de seis presuntos delitos de falsificación de documentos públicos, malversación de fondos e incitación a la desobediencia.
Es muy difícil, dijo la madre de Eastridge, rompiendo a llorar. “Soy un preso como él, te cambia la vida. Tiene miedo de hablar contigo, no me llama porque tiene miedo y no sabe que me puede causar problemas, pero seguiremos adelante”. peleando porque no lo van a detener y no vamos. Hay que hacer algo”.
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