En varias ciudades de Florida, EE.UU., cientos de personas se manifestaron en contra de la ley SB1718, una draconiana reforma impulsada por el gobernador Ron DeSantis, que entró en vigor ayer para oprimir a los indocumentados, principalmente en el ámbito laboral y sanitario.
Al sur de Miami, un gran número de personas de todas las edades se reunieron para protestar y destacar las contribuciones de los inmigrantes a la cultura y la economía del estado.
En Homestead, los manifestantes marcharon por las calles portando banderas de México, El Salvador y Guatemala y carteles que decían: “Los inmigrantes impulsan la economía de Florida” e “Igualdad para todos y por una sociedad no racista”.
Los grupos de derechos civiles, por otro lado, han dicho que presentarán una demanda contra el gobernador de Florida, por la ley que califican como discriminatoria e inconstitucional, específicamente por criminalizar el transporte de personas sin inspección federal.