Un informe reciente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre lo ocurrido en torno a las elecciones presidenciales del 28 de julio incluye, entre muchas otras acusaciones, asesinatos ocurridos en el marco de la represión de protestas ocurridas después del anuncio oficial. de resultados “oficiales”.
“Entre el 28 y 30 de julio se registraron graves denuncias de tortura por parte de la fuerza pública contra los manifestantes. El resultado fue la violencia. Al menos 25 personas murieron, todos hombres de entre 15 y 56 años.”El documento publicado el martes 7 de enero cita el informe de la misión de investigación.
La lista de víctimas – “en su mayoría como resultado del uso indiscriminado de la fuerza por parte del Estado o de grupos paraestatales” – compilada por la Comisión sobre Venezuela: Graves violaciones de los derechos humanos en el contexto electoral es la siguiente:
- Isius Jacob Fuenmeyer González (15)
- Jason Gabriel España Guillén (18)
- Antonio Enrique Cañizales Garreta (19)
- Luis Eduardo Roberto Hernández (19)
- Juan Alejandro Greaterol Mendoza (19)
- Antonio David Moya Mantía (20)
- Jesús Gregorio Tovar Perdomo (21)
- Jason Javier Bracho Martínez (22)
- Olinger Johan Montaño López (23)
- Uris Jr. José Mendoza Roy (24)
- José Antonio Torrens Blanca (26)
- ANÍBAL JOSÉ ROMERO SALAZAR
- Rances Daniel Ijara Bolívar (30)
- Víctor Alfonso Bustos (34)
- Jorgenis Emiliano Leva Méndez (35)
- Andrés Alfonso Ramírez Castillo (36)
- Julio Valerio García (40)
- Édgar Alejandro Aristegueta (42)
- Jesús Ramón Medina Perdomo (56).
El seguimiento de los incidentes y denuncias permitió a la CIDH establecer que “10 de las muertes fueron atribuidas a fuerzas estatales. Ocho de ellas eran militares y dos policías. Seis de las muertes fueron atribuidas a 'colectivos', aquellos con La aquiescencia, la tolerancia o la aquiescencia estatal funcionan e incluso están legalmente incluidas en el “sistema popular de protección de la paz”. Los dos casos se atribuirán a acciones mixtas entre fuerzas estatales y grupos no estatales. No hay información sobre el perfil de los delincuentes”.
“La información documental y testimonial nos permite llegar a esta conclusión Todas las víctimas murieron por armas de fuego.“, señala el informe de la CIDH: “Siete impactos de bala en el cuello, cinco en el tórax, cuatro en la cabeza, tres en la espalda, dos en el abdomen y tres en otras partes del cuerpo. La trayectoria del proyectil nos permite concluir que las armas fueron disparadas con intención letal”.
El documento llama la atención sobre el cambio en el patrón socioeconómico de los manifestantes en comparación con años anteriores de alta conflictividad como 2014 y 2017: “Las protestas registradas los días 28, 29 y 30 de julio se desarrollaron principalmente en barrios populares y fueron lideradas por personas empobrecidas. juventud. Información registrada por la Misión Internacional Independiente indica que varios de los fallecidos ese día trabajaban como jornaleros, mototaxistas, barberos y pequeños comerciantes. Por otro lado, los 8 casos fatales en Caracas ocurrieron en parroquias periféricas como Val; el viernes; San Juan; Antímano y Macarao”.
Una posible conclusión de esto es la siguiente: “Este cambio en la ubicación y el perfil de los manifestantes puede sugerir que el régimen ha perdido apoyo en las bases sociales donde tradicionalmente ha estado”.
¿Se ha establecido la responsabilidad de estos asesinatos?
El documento de la CIDH señala que el 19 de agosto, el Fiscal General indicó en entrevista que María Corina Machado y Edmundo González podrían haber sido los “autores intelectuales” de los hechos. El 21 de agosto, el propio Tarek William señaló que el “comandito” era el responsable de todas las muertes, calificó a las organizaciones electorales opositoras como “grupos criminales” y aseguró que no hubo denuncias ante el Ministerio Público por el uso excesivo de armas. fuerza por parte de las fuerzas de seguridad del estado.
Los datos de la CIDH dicen lo contrario.
“La CIDH pudo comprobar que La respuesta del Estado se caracterizó por el uso excesivo y desproporcionado de la fuerza, incluida fuerza letal en muchos casos. Por grupos 'colectivos', legalmente incluidos en el 'sistema popular de protección de la paz'. Esto se puede comparar con información obtenida a través de audiencias públicas, reuniones con organizaciones sociales y testimonios personales”, señala el informe.
Y menciona otro punto revelador: “A la fecha de elaboración de este informe, Las autoridades no han difundido información sobre el contexto en el que ocurrieron las muertes, el avance de la investigación ni pruebas para responsabilizar a los líderes opositores por el incidente.. La falta de una investigación diligente de estos hechos demuestra la falta de independencia del Ministerio Público, así como la instrumentalización de grupos colectivos.”