Rusia responderá enérgicamente al envío de bombas de racimo por parte de Estados Unidos a Ucrania, dijo hoy el presidente del Comité Internacional del Consejo de la Federación (Senado ruso), Grigory Karasin.
Este viernes, el Departamento de Defensa de EE. UU. anunció una nueva ayuda militar a Ucrania que incluye municiones convencionales avanzadas de doble propósito, también conocidas como bombas de racimo, según la agencia de noticias Sputnik.
“Este es un nuevo paso hacia la escalada de la situación en Ucrania, la respuesta será muy dura”, dijo Karasin.
Asimismo, el senador expresó su esperanza de que la comunidad internacional “evalúe la situación cada vez más alarmante y plantee serias dudas sobre su curso debido a las decisiones unilaterales y completamente irrazonables de Washington y los líderes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte”.
En cambio, el senador ruso Sergei Sekov advirtió que el uso de municiones en racimo podría causar un gran número de víctimas civiles, “y esperamos que nuestras fuerzas armadas eliminen las armas antes de que se utilicen”.
La Convención sobre Municiones en Racimo, adoptada en 2008, es el único tratado internacional vinculante que prohíbe el uso de estas armas.
Más de 100 países se han unido al tratado hasta el momento, pero Estados Unidos, Rusia, China, India, Irán, Pakistán, Turquía, la República Popular Democrática de Corea, la República de Corea y Ucrania aún no lo han ratificado.
Las bombas de racimo, también llamadas “racimo”, de dispersión o fragmentación, se lanzan en caída libre y consisten en un dispositivo que, al abrirse, libera miles de pequeñas minibombas que se esparcen en un radio de hasta 400 metros.
Kiev, según los militares rusos, ya ha utilizado este tipo de munición en el bombardeo del Donbass, especialmente contra la ciudad de Donetsk.