con una espátula
Si comparamos la historia de los últimos 10 años con los ataques a la autonomía universitaria en Venezuela, podemos ver que la Academia venezolana ha sido víctima de un plan de desaparición institucional sin precedentes en la última década.
Por Tulio Ramírez / La Conversación
Presupuestos que apenas cubren entre el 1% y el 20% de lo solicitado, sueldos de miseria, vandalismo y degradación, laboratorios cerrados, instalaciones estudiantiles inadecuadas (comedores, transporte, becas) y en algunos casos instalaciones físicas han sido atacadas y destruidas en la Universidad. de En el caso de Oriente o la Universidad del Zulia (LUZ), estas son las consecuencias de una política destinada a arrinconar a ciertas instituciones que se negaban a perder su independencia política y administrativa.
Sin profesores, sin estudiantes, sin investigación.
Este deterioro inducido tiene graves consecuencias para la educación superior en Venezuela. Uno de ellos es la diáspora profesoral: no es tanto una fuga como una fuga de cerebros.
Se estima que en 2022 unos 3.500 docentes dejarán o renunciarán a sus cargos para incorporarse a ofertas de universidades latinoamericanas y de otras partes del mundo. Esta cifra equivale al cierre de universidades como la Universidad Central de Venezuela (UCV), Universidad de Los Andes (ULA) o LUZ.
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