Los dos aspirantes a la presidencia de Turquía, el islamista Recep Tayyip Erdogan, el titular y el socialdemócrata Kemal Kilicdaroglu intentaron convencer a algunos votantes aún indecisos en vísperas de la segunda y decisiva vuelta de las elecciones del sábado.
Erdogan arrancó las elecciones de este domingo con una enorme ventaja al recibir el 49,5% de los votos en la primera vuelta celebrada el 14 de mayo, frente al 44,9 de Kilicdaroglu, por lo que le bastaría para juntar unos cientos de miles de votos más. Ganar.
En cambio, su rival necesita más de dos millones para igualarlo.
Es difícil para los observadores políticos predecir en quién se apoyará el 5,2% que nombró al tercer candidato en la primera vuelta, el ultraderechista Sinan Ogan, que ha declarado su apoyo a Erdogan, pero los dos partidos que lo han postulado lo han hecho. dado su apoyo a Kilicdaroglu.
“Es más probable que los votantes que eligieron a Ogan en la primera vuelta elijan a Kilicdaroglu en la segunda”, dijo Ilyas Bassoy, experto en comunicaciones electorales.
“Estas son nuevas elecciones, cuyos resultados no están seguros de antemano. Ganará el que sepa atraer los votos de los que no acudieron a las urnas en la primera fecha”, explicó a Efe el experto.
Pero como la participación electoral ya fue del 89% en la segunda vuelta (86% si se cuentan además los 3 millones de votantes residentes en el extranjero), la más alta de la última década, es dudoso que todavía haya muchos ciudadanos indecisos.
“Si la participación electoral disminuye, las posibilidades de Erdogan aumentan, porque sus votantes son más disciplinados”, dijo Tuğrul Turks, diputado del partido islamista AKP de Erdogan.
En ese caso, el jefe de Estado no se cansó de recordar a todos la importancia de acudir a las urnas y advirtió a todas las concentraciones que el mayor peligro sería dejarse llevar por los “borrachos de la victoria”.
Al menos los votantes extranjeros prestaron atención: la participación superó en algunos puntos a la primera vuelta.
Por su parte, Kilicdaroglu denunció los numerosos obstáculos que la administración impuso a su campaña.
Algunas ciudades prohibieron las pantallas que su partido, el socialdemócrata CHP, había instalado en las plazas públicas para transmitir la entrevista de varias horas de su candidato en el popular canal de YouTube Babala TV, en la que Kilicdaroglu respondió preguntas críticas de los jóvenes espectadores.
Al mismo tiempo, se han colgado carteles de Erdogan fuera de los cuarteles militares, escuelas y mezquitas, denunciando al partido, cuando estos espacios públicos deberían permanecer neutrales.
Kiliçdaroglu denunció un “bloqueo total” y se quejó de que los operadores de telefonía móvil impedían a los periodistas enviar mensajes de texto anunciando sus programas.