El primer ministro japonés, Fumio Kishida, y el alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, pronunciaron este domingo un discurso con motivo del 78 aniversario del bombardeo atómico del 6 de agosto de 1945 sobre la ciudad japonesa por parte de Estados Unidos. .
Sin embargo, ni el alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, ni el gobernador de la prefectura, Hidehiko Yuzaki, ni el primer ministro japonés, Fumio Kishidano, mencionaron al país norteamericano en la tradicional declaración de paz.
Solo canales de televisión TBSAl inicio de la transmisión en vivo desde el Peace Memorial Park, donde se llevó a cabo la ceremonia, indicó que Estados Unidos fue el responsable del bombardeo nuclear, informó Sputnik.
“Como el único país que ha experimentado los horrores de la destrucción nuclear en la guerra”, Japón proseguirá “incansablemente” sus esfuerzos para lograr un “mundo sin armas nucleares”, declaró.
“El camino hacia el desarme nuclear se ha vuelto más peligroso a medida que se profundizan las divisiones internacionales”, dijo, y agregó que “es crucial revitalizar una vez más el impulso internacional hacia un mundo sin armas nucleares”, agregó.
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Asimismo, Estados Unidos, como responsable de la muerte de los ciudadanos de Hiroshima, no fue mencionado en el discurso del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, cuyo mensaje fue leído por su adjunto para el desarme, Izumi Nakamitsu.
Guterres advirtió en su mensaje de un resurgimiento de la posibilidad de una guerra nuclear.
Señaló que algunos países han amenazado con utilizar estos instrumentos de destrucción. Ante el riesgo de una amenaza nuclear, Guterres recordó a la comunidad internacional que “cualquier uso de armas nucleares es inaceptable”.
“No nos quedaremos de brazos cruzados mientras los estados con armas nucleares se apresuran a desarrollar armas más peligrosas”, agregó el secretario general de la ONU en su mensaje.
Al mismo tiempo, enfatizó la necesidad de abandonar los arsenales nucleares y eliminarlos. Mientras tanto, ya la espera de su desmantelamiento, los países que posean estos poderes deben “prometer no volver a usarlos nunca más”.
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El 6 de agosto de 1945, a las 08:15 hora local, un bombardero estadounidense B-29 lanzó la bomba de uranio “Little Boy” sobre Hiroshima.
Tres días después se repitió el lanzamiento de un artefacto nuclear sobre la ciudad de Nagasaki. Se calcula que más de 450.000 personas fallecieron inmediatamente como consecuencia tanto del ataque como de las enfermedades provocadas por la radiación nuclear.
El testimonio de los sobrevivientes japoneses del bombardeo atómico también es un recordatorio de que tales eventos no deben repetirse.
En este sentido, Yoshiro Yamawaki recordó: “Vimos filas de muertos parados a ambos lados de la baranda del puente. Murieron de pie. Continuaron de pie con la cabeza inclinada, como en oración. Los cuerpos flotan en el río”.
En su declaración de paz anual durante una ceremonia en el Parque Conmemorativo de la Paz, el alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, celebró la visita histórica de los líderes del G7 al parque y museo en mayo pasado e instó a los políticos a abandonar la idea de las armas nucleares como elemento disuasorio de la guerra.
“Los líderes mundiales deben enfrentar la realidad de que la amenaza nuclear que ahora promocionan algunos políticos revela la locura de la teoría de la disuasión nuclear”, dijo Matsui.