con una espátula
En Ciudad Juárez, en la frontera entre México y Estados Unidos, se abrirá un refugio temporal para 300 migrantes en presencia de al menos 2.500 personas que duermen en un campamento a lo largo de la frontera del Río Grande.
El alcalde de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuellar, anunció que el albergue temporal financiado por el Instituto Nacional de Migración (INM) estará ubicado a más de 15 kilómetros de la frontera, que enfrenta una nueva ola migratoria.
La medida se produce mientras miles de migrantes pasan la noche a lo largo del Río Grande, donde temen que los niños enfermen por el frío que ha comenzado a sentirse.
Además, los migrantes dijeron a Efe que estaban atrapados entre la Guardia Nacional estadounidense y agentes de inmigración mexicanos y la policía de Juárez.
“Fue algo muy triste y frustrante por parte de la inmigración mexicana, como 200 agentes de inmigración acorralaron y persiguieron (persiguieron) a mujeres y niños. Se tiraron al agua, perdieron sus bolsos, incluso hay niños que no se podían bañar y “Los tenemos desde ayer. Arriba está el agua del río podrida”, dijo Mariam Omaña de Venezuela.
Esta es la primera vez que el INM participará en los últimos cuatro años financiando viviendas de migrantes en Juárez, donde la ciudad ha enfrentado varias crisis, incluido el incendio de una de sus estaciones migratorias en marzo pasado, cuando murieron 40 migrantes. y 27 personas resultaron heridas.
El alcalde de Juárez ha negado que el nuevo albergue sea una estación de migrantes, como el que se incendió hace seis meses.
La situación refleja una ola migratoria “sin precedentes” en México y Centroamérica, como advierte la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), con hasta 10.000 migrantes llegando a la frontera de Estados Unidos al día, según el presidente Andrés Manuel. López Obrador.
Las autoridades estimaron que más de 2.500 migrantes pasaron anoche fuera de la puerta 36 del muro fronterizo, atrapados en una franja embarrada de 3 a 4 metros entre las aguas del río Bravo y la cerca de alambre de púas estadounidense.
La mayoría de ellos llegaron en los últimos tres días a bordo del tren “La Bestia” y cruzaron el Río Grande ante el temor del INM de México y la policía municipal.
“Estamos esperando que nos abran el portón o salten la valla, es un riesgo que corremos los venezolanos, cruzar el río, ser denunciados, ser procesados adentro, es cuestión de suerte”, dijo Eduardo Montoya Castillo. un venezolano que viaja desde hace tres meses y llegó el martes a Juárez. Caracas Al Dia