con una espátula
Es la suma de todos los males. los altos precios, la inminencia de un intenso y prolongado evento de El Niño; cambios de reglas que alterarían las reglas del juego; Bloqueos que mantienen bajo control a generaciones de plantas; preocupaciones de inversionistas locales e internacionales; Profundas dificultades entre los distribuidores, eslabón clave de la cadena; y proyectos de energía renovable que aún no están firmemente operativos. La mezcla se convirtió en una tormenta perfecta que revivió el espectro del apagón que azotó a Colombia hace 30 años.
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El riesgo de racionamiento existe, es real. Todo dependerá de cómo el presidente Gustavo Petro logre no dejar a Colombia en la oscuridad. La idea de que pueda ocurrir un corte de energía eléctrica en el país enciende todas las alarmas, sobre todo porque la maquinaria manufacturera se verá seriamente afectada en momentos en que los colombianos aún no se recuperan del todo de los estragos de la epidemia y la economía enfrenta un duro golpe. Un mundo en problemas.
Esta no es una advertencia nueva y ya han comenzado a surgir algunas razones. XM, la empresa que gestiona el mercado energético, por ejemplo, advirtió dificultades en la red de distribución en algunas regiones del país, particularmente en la costa Caribe y el Chocó, que podrían obligar a un racionamiento energético.
De hecho, un comerciante del sector eléctrico de la costa Caribe confirmó a SEMANA que ya se han programado ciertos cortes en algunas zonas debido a las dificultades de estas redes.
Alejandro Castañeda, director de Andeg, sindicato de generadores del sector calor, dijo que estaban preparados para enfrentar el evento de El Niño, pero admitió que algunos sectores tuvieron dificultades en la red de distribución.
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