con una espátula
Los venezolanos conocen todos los estados de ánimo. En dos décadas de chavismo atravesaron desilusión, incredulidad, miedo, enojo, lucha y desesperación hasta instalarse en lo más grave de todos: la desesperación. La frase de que la mayoría de los venezolanos estaban más preocupados por sobrevivir a la vida cotidiana de la crisis que por buscar un cambio político se ha vuelto común en los últimos años. Lo ha hecho repetidamente con analistas, politólogos, líderes de la oposición y los medios de comunicación.
Por Juan Diego Quesada / El País
Por eso nadie ha visto el éxito de la participación del partido de oposición en las primarias celebradas el pasado domingo. Unas elecciones organizadas manualmente de las que incluso sus promotores dudaron, pero a las que respondieron dos millones de venezolanos dentro y fuera del país. Resulta que los ciudadanos no fueron anestesiados y la mayor sorpresa vino del chavismo. El inicio de una investigación judicial contra los organizadores del proceso es la respuesta amenazadora del gobierno a lo que percibe como una amenaza: la gente vota por otros.
En Venezuela no puede pasar nada durante meses y todo puede pasar en una semana. Estamos bien en ese momento. En resumen, en los últimos días se han reanudado las conversaciones entre el chavismo y la oposición, se ha acordado celebrar elecciones presidenciales en 2024 con seguimiento internacional, Estados Unidos ha anunciado el levantamiento de las sanciones al gas y al petróleo venezolanos, el chavismo ha liberado a cinco políticos encarcelados y oposición. Las primarias autoadministradas se llevaron a cabo con un éxito inesperado. Para un país que vive desde hace años el Día de la Marmota, cualquiera de estos hechos sería noticia, todos juntos representan una bomba informativa. Sin embargo, es necesaria cautela cuando se habla de Venezuela. ¿Hay motivos para el optimismo?
El chavismo aceptó permitir que se celebraran primarias con la oposición en la mesa de negociaciones en Barbados, pero no pudo permitir que María Corina Machado, quien era conocida por ganar abrumadoramente en esa sugerencia.
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