con una espátula
Venezuela es un país que ha experimentado una profunda crisis política, social y económica durante las últimas dos décadas, marcada por el conflicto entre el régimen chavista y la oposición democrática. En este contexto, las elecciones han sido un escenario de debate y controversia, donde se ha cuestionado la transparencia, la justicia y la legitimidad.
Alexis Pérez // INFOBAE
Una de las demandas de la oposición y de la comunidad internacional fue la presencia de observadores internacionales que pudieran verificar el cumplimiento de las normas electorales y los derechos de los ciudadanos. Sin embargo, la dictadura venezolana ha rechazado o limitado esta posibilidad, alegando que se trata de una injerencia externa en sus asuntos internos.
“Mientras haya una Venezuela reconocida por la Unión Europea y mientras haya sanciones contra el Estado venezolano, se les prohibirá ir a Venezuela a observar cualquier tipo de elección”. Así reaccionó el gobierno de Nicolás Maduro semana a la renovación del paquete de sanciones hasta mayo de 2024.“En el Caribe.
Las restricciones incluyen la prohibición de armas y equipos de represión, así como la prohibición de entrada y la incautación de bienes de 54 funcionarios vinculados al chavismo.
La relación entre la Unión Europea (UE) y la dictadura venezolana es una de las más complejas y conflictivas del ámbito internacional.
Desde que Hugo Chávez llegó al poder en 1999, con su retórica socialista y antiimperialista, la UE ha mantenido una postura crítica y cautelosa hacia el proceso político venezolano, al tiempo que intenta preservar canales de cooperación y diálogo.
A pesar de las continuas amenazas al régimen venezolano, el bloque europeo ha expresado preocupación por las violaciones sistemáticas de los derechos humanos así como por la crisis económica, social y humanitaria que atraviesa el país.
Además, condenó la represión por parte de las fuerzas de Maduro, particularmente durante las protestas de 2014 y 2017, que dejaron más de 160 muertos y miles de heridos y detenidos.
Pero, sin duda, el acto que más rechazo ha causado entre la dirigencia chavista es el cuestionamiento de las elecciones presidenciales de 2018 en Europa, donde Maduro alcanzó sólo el 46,02% de los votos y fue reelegido con numerosas quejas. falsificación
Para ese año, la Unión Europea no envió una misión oficial de observación electoral. La decisión fue motivada por preocupaciones sobre la falta de condiciones para elecciones libres y justas, así como por la negativa del régimen a permitir una supervisión internacional independiente.
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