Caracas Al Dia
En el patio de una prisión de máxima seguridad de la capital mozambiqueña, un recluso espera delante de un trípode del que cuelga una tableta blanca, mientras una enfermera trabaja en otra parte de una máquina de rayos X portátil, que está conectada a un programa. La inteligencia artificial es aclamada como un gran avance en la lucha contra la tuberculosis.
“Obtuvimos resultados en menos de cinco minutos”, explicó la enfermera.
La imagen aparece en la pantalla de un técnico, instalado a pocos metros de distancia en una tienda sanitaria, con “signos radiológicos que recuerdan a la tuberculosis: negativo”, se lee en el ordenador.
La prueba es parte de un proyecto piloto liderado por la agencia Stop TB, respaldada por la ONU, para escanear a los reclusos en tres prisiones de Maputo.
Las cárceles superpobladas son focos de tuberculosis, la segunda enfermedad más mortal del mundo después del Covid.
Causada por una bacteria que suele afectar a los pulmones, infectó a más de 10 millones de personas en 2022 y se cobró 1,3 millones de vidas, según la OMS.
Una de cada cuatro personas diagnosticadas con la enfermedad el año pasado estaba en África.
Mozambique, donde viven 32 millones de personas, ha registrado casi 120.000 casos.
El diagnóstico temprano ayuda a salvar vidas y detener la propagación, ya que la tos crónica es un sello distintivo de la tuberculosis y algunos portadores no muestran síntomas.
Esto es especialmente cierto en las cárceles, donde la tuberculosis se propaga por el aire y las celdas abarrotadas son terreno fértil.
Personas enfermas en cuarentena
El escaneo asistido por IA mejora el diagnóstico tradicional porque es más rápido que el análisis de laboratorio.
Esto no obliga a los pacientes a viajar con radiólogos y suministros, que pueden faltar en las zonas rurales o en los países pobres, explica Suvananda Sahu, subdirectora de Alto a la Tuberculosis.
“Es un gran paso tecnológico”, afirma.
En la penitenciaría provincial de Maputo, los reclusos que dan positivo son segregados detrás de una puerta de metal oxidada.
En el interior, una docena de hombres enmascarados se sientan en colchones en el suelo, mientras ropa, mantas y otros artículos personales cuelgan de cuerdas fijadas entre dos pilares de color azul descolorido.
Los casos graves son llevados a la enfermería.
Según Naciones Unidas, las prisiones de Mozambique superarán el 50% de su capacidad en 2022.
“No es fácil estirarse o ver jugar a tus compañeros de clase, pero tengo que aceptar que estoy enfermo”, admitió Kenneth Fortune, señalando el árbol en el patio de la prisión donde pasó diez años acusado de drogas.
Positivo de tuberculosis, está en tratamiento que puede durar meses.
“Cuando llegue el momento, saldré”, dice con confianza.
A principios de este mes, un informe de la OMS reveló que el número de muertes por tuberculosis en el mundo disminuirá en 2022, lo que indica avances en la erradicación de la enfermedad.
Al mismo tiempo, 7,5 millones de personas fueron diagnosticadas recientemente en el mismo período, la cifra más alta desde que la OMS comenzó a monitorear la tuberculosis en 1995.
Sahu espera que el éxito de proyectos piloto como el de Mozambique, el mayor hasta la fecha del grupo en África, ayude a conseguir financiación para desarrollar el uso de la IA y máquinas portátiles de rayos X para combatir la enfermedad. AFP