Caracas Al Dia
Con una trayectoria de 121 años, “Las Margaritas”, uno de los restaurantes más antiguos de Colombia, busca comprador para continuar con el legado familiar y la receta tradicional que llevó a este pequeño establecimiento a servir las mejores empanadas de Bogotá.
La familia Ángel Arenas abrió el establecimiento en 1902, luego de que Chapinero se mudara a la zona todavía rural donde ahora cinco generaciones han preparado la cocina tradicional bogotana.
Desde entonces, vivieron el “Bogotázo” de 1948, los disturbios que siguieron al asesinato de Jorge Eliezer Gaitán mientras enfrentaban un desabastecimiento de 15 días y la pandemia de Covid-19, que los obligó a cerrar sus negocios. Ocho meses y desde entonces sólo abren los fines de semana. También peleas diarias con vecinos que han provocado algunos cortes de luz.
Sin embargo, su mayor amenaza ahora es la falta de un heredero familiar que reemplace al actual propietario Julio Ríos, por lo que buscan un comprador que quiera conservar el patrimonio del restaurante, ya que su único hijo vive en Alemania. Y hay otras profesiones.
“Podemos quedarnos hasta que encontremos clientes que sean asequibles y que quieran continuar con la tradición, porque tenemos claro a nuestros antepasados que debe ser inmortal (…) Tenemos todas las recetas y lo importante es que esta gente tome el espíritu para que todo siga igual”, explicó Ríos a Efe, sin mostrarse, sin embargo, demasiado preocupado por el posible cierre.
Receta Especial De Empanadas
El restaurante también es conocido como “Botín de Chapinero” en honor al restaurante más antiguo del mundo: “El Botín”, ubicado en España. Un siglo después, siguen conservando la mágica receta de empanadas de Margherita, fundadora del restaurante y bisabuela del actual propietario.
Las margaritas se elaboraban con su pilón de madera, un artefacto indígena en desuso utilizado para darle al maíz triturado un aroma amaderado con el que el restaurante recibió una gran cantidad de empanadictos que visitaban el lugar en busca de su ración diaria de empanadas.
Esa misma sala de juegos continúa en una esquina del restaurante, pero ahora sus sucesores utilizan equipos más modernos y rápidos.
“Ahora tenemos molinos industriales con los que molemos los mismos granos de maíz para hacer harina y sémola; Es un trabajo caro y bastante duro”, afirmó Ríos, quien también destacó que han tenido que adaptarse a nuevas materias primas durante décadas.
Al principio, el producto procedía de la huerta y de las gallinas, vacas y cerdos que los propietarios poseían en la misma finca. Y todavía se siguen sirviendo, aunque la misma comida bogotana con otros productos, como el ajiaco (una sopa de patatas y pollo), el cuchuco (una sopa de maíz, cebada o trigo), la sobrebariga (filete de ternera en salsa) o la lengua.
“La gente hacía cola para entrar y venían a pie, a caballo o en tranvía”, dijo Ríos, antes de resaltar que “hay muchos restaurantes de comida bogotana ahora pero no del picante que tenemos”.
Lugar favorito de los presidentes colombianos.
Las paredes de “Las Margaritas” están llenas de recortes de periódicos, artículos en los que se reseña el restaurante, fotografías de dignatarios sentados en sus mesas y fragmentos del “Diccionario Cachaco”, publicación que recogía palabras y términos bogotanos ya en desuso.
Por sus puertas también han entrado gobernantes; Ríos recuerda especialmente a Eduardo Santos, presidente entre 1938 y 1942, un hombre “muy local”, que iba todos los fines de semana incluso sin escolta.
“También los familiares de los santos, los familiares de los liberales más que nada (…) esta gente viene a arreglar sus empanadas y les encanta venir acá, es una tradición espectacular para todos”, concluyó. Caracas Al Dia