Especializaciones como matemáticas, biología y educación primaria no están entre las primeras opciones de los nuevos ingresantes, que optan por formarse para trabajar en campos ajenos a la educación.
En Maracay. Bárbara Sevilla estudió el segundo semestre de Inglés como Lengua Extranjera en el núcleo de Maracay de la Universidad Pedagógica Libertador (UPEL). Sin embargo, su objetivo no es convertirse en profesor, sino aprovechar el idioma para obtener ingresos debido a la crisis económica que atraviesa el país.
El inglés como lengua extranjera se ha convertido en la oferta académica más demandada de la UPEL Core Marakai, pero muy pocos estudiantes eligen esta especialización para impartir clases en el aula.
“Llevo años intentando aprender inglés, pero no me interesa ser profesora. Pagar un curso en cualquier idioma es caro”, afirma Bárbara.
Aunque la escuela ha sufrido años de vandalismo y poca atención gubernamental, el deterioro de su infraestructura no ha sido un disuasivo para los jóvenes que no tienen recursos económicos para pagar entre 90 y 100 dólares mensuales por una academia de idiomas. Aprendiendo ingles.
“Había mucha gente en la fase de introducción, más de 100 estudiantes y la mayoría de ellos no estaban interesados en ser docentes”, comentó el universitario.
Traductor, atención al cliente e intérprete para empresas americanas son algunos de los trabajos que pueden obtener los estudiantes de UPEL Core Maracay mientras aprenden inglés. Muchos de estos trabajos pagan más de $150.
“A uno se le ocurre el título de profesora, pero en realidad podemos hacer otras cosas y es la única profesión que me gusta”, dijo Ruth Escobar, también estudiante de segundo semestre de inglés como lengua extranjera.
Carreras como ciencias sociales, matemáticas, física, biología y educación primaria se han convertido en la última opción para los nuevos ingresantes al proceso de admisión. Por el contrario, la calificación de idiomas está abierta a hasta cuatro secciones en el primer semestre.
Eladio Gideon, director decano del Núcleo Marakai de la UPEL, explica que alrededor del 60% de los nuevos ingresantes suele optar por carreras que se ofrecen en especialidades de lenguas extranjeras, siendo el inglés el más dominante, seguido del francés, el portugués y el italiano.
“Los estudiantes quieren formarse, obtener sus propios ingresos, gestionar sus empresas y negocios. Es comprensible que quieran aceptar lo que están entrenando. No todos quieren estar en el aula enseñando”, comentó el director de la escuela.
Escasez de docentes
Gidden informa que la universidad tiene escasez de profesores de inglés como lengua extranjera, por lo que realizarán un concurso para reemplazar a los que se han jubilado, dimitido y fallecido.
“Tenemos ocho profesores activos y es nuestra carrera de mayor demanda dentro de la institución”.
Espera que los académicos participen a pesar del bajo salario que puede ganar un profesional de tiempo completo, que no llega a los 30 dólares.
La casa de un estudiante dañada por vandalismo
La epidemia no sólo afectó a los ciudadanos, sino que el confinamiento permitió que grupos vándalos destrozaran la infraestructura universitaria destrozando comedores y robando cables eléctricos, escritorios y aires acondicionados.
“Hay aulas que están sin pizarrones porque se los han quitado. La reactivación ha sido gradual. Hay especialidades que están online y no todas son completamente privadas A pesar de la situación, seguimos apoyando la educación venezolana”, afirmó Gabriel Díaz, presidente de la Federación de Centros de Estudiantes UPEL Maraque.
Las materias de biología, química, ciencias sociales y enseñanza son las más afectadas por la delincuencia y ni siquiera se abordan los problemas subyacentes.
“Nuestros escritorios están sin respuesta, nuestras aulas no tienen focos y las áreas rescatadas son el Edificio 1 y 2 con el área administrativa. Es imposible asistir a clase en un aula sin electricidad. Por eso la mayoría de las clases son online”, enfatizó el dirigente estudiantil.
Prevalece la virtualidad
Las clases en línea continúan en el campus. Alumnos de diferentes carreras acuden a las aulas dos veces por semana, el resto de días entrenan desde casa. Sin embargo, las actividades académicas no avanzan debido a fallas en los servicios de electricidad e internet.
“El problema epidémico nos ha retrasado mucho. Intentamos avanzar en línea, pero realmente no avanzamos mucho los docentes y tenemos incertidumbre sobre la virtualidad”, dijo Salvador Rivas, estudiante de ciencias sociales.
El edificio donde estudia Rivas ha quedado ensombrecido por robos y robos a lo largo de los años. Esto prácticamente ha afectado el periodo académico, aunque los estudiantes afirman que no están garantizados los conocimientos que deben adquirir en un semestre.
“El conocimiento que debemos adquirir es muy amplio en cuanto a las materias que debemos abordar, pero hay edificios que no cuentan con aulas en las mejores condiciones para visualizar las clases. Cuando tengo que venir dos veces por semana tengo que ir al edificio de administración, porque nos prestan el área”, enfatizó Rivas.
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