Leonard Francis, alias “Fat Leonard”, regresó el miércoles a Estados Unidos, de donde huyó en 2022, poco antes de su juicio. Fue detenido en Caracas.
Una de las mayores investigaciones sobre sobornos en la historia militar de Estados Unidos resultó en la condena y castigo de dos docenas de oficiales de la Marina, contratistas de defensa y otras personas por diversos cargos de fraude y corrupción. Todo esto estuvo marcado por la audaz fuga de Francisco el año pasado, cuando escapó del arresto domiciliario en su casa de San Diego rumbo a Sudamérica.
Francis, una figura misteriosa, era propietario y operaba el negocio de servicios navales de su familia, Glen Defense Marine Asia Limited (GDMA), con sede en Singapur, que suministraba alimentos, agua y combustible a los barcos.
El contratista de defensa de Malasia ha sido un vínculo vital para los buques de la Armada estadounidense en puertos asiáticos durante más de dos décadas. Durante ese tiempo, agasajó a los oficiales navales con carne de Kobe, puros, entradas para conciertos y fiestas sexuales en hoteles de lujo desde Tailandia hasta Filipinas.
A cambio, los funcionarios, incluido el primer almirante en servicio activo condenado por un delito federal, ocultaron que Francisco había cobrado de más por los suministros a bordo de los barcos o servicios falsos en los puertos que controlaba en el sudeste asiático. Los oficiales le dieron información clasificada e incluso procedieron a desviar barcos militares a puertos rentables para su empresa con sede en Singapur.
En una operación federal, Francis fue llevado a San Diego con falsos pretextos y arrestado en un hotel en septiembre de 2013. Se declaró culpable en 2015 y admitió que ofreció más de 500.000 dólares en sobornos en efectivo a funcionarios de la Marina, contratistas de defensa y otros.
Los fiscales dicen que defraudó a la Marina por al menos 35 millones de dólares. Como parte de su acuerdo de culpabilidad, cooperó en la investigación que condujo a la condena de la Marina. Se enfrenta a hasta 25 años de prisión.
Mientras esperaba la sentencia, Francisco fue hospitalizado y tratado por cáncer de riñón y otros problemas médicos. Después de salir del hospital, lo pusieron bajo arresto domiciliario con un monitor de tobillo con GPS y guardias.
Pero tres semanas antes de su sentencia prevista para septiembre de 2022, escapó amputándole el tobillo, lo que desató una persecución internacional. Las autoridades dijeron que huyó a México, luego a Cuba y finalmente a Venezuela.
Fue arrestado más de dos semanas después de huir antes de abordar un vuelo en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar en las afueras de Caracas. Las autoridades venezolanas dijeron que tenía la intención de llegar a Rusia.
Desde entonces ha estado detenido en Venezuela. Estados Unidos y Venezuela tienen un tratado de extradición.
El miércoles, Estados Unidos liberó a Alex Saab, un aliado del presidente venezolano Nicolás Maduro, a cambio de la liberación de 10 estadounidenses detenidos en Venezuela y la extradición de Francisco.
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