con una espátula
Este informe fue elaborado por HumVenezuela, que cumple anualmente con el programa de seguimiento de la Plataforma de Emergencias Humanitarias Complejas (CHE) en Venezuela.
El informe es el producto de un proceso sistemático de recopilación, procesamiento y análisis durante todo el año de una gran cantidad de datos primarios y secundarios provenientes de un sistema de seguimiento, documentación y uso de instrumentos de recopilación de campo, incluida una encuesta de hogares. Además de una completa revisión, verificación y referencia de los mejores datos secundarios disponibles de diversas fuentes, nacionales e internacionales, en 20 de los 24 estados del país durante los meses de julio/agosto de 2023 por parte de las organizaciones de la plataforma.
Diversos aspectos y temas específicos difieren en la presentación del informe, entre los que destacan los siguientes:
Condiciones de vida: El 69,6% se encontraba en pobreza multidimensional, con un ingreso promedio de $102,5 mensuales, lo que representa sólo el 12,8% de la canasta de bienes y servicios básicos, y el 68,2% experimentaba déficit en los servicios públicos. Con un alto aumento en el corte de energía. La inseguridad disminuyó algunos puntos, pero fue un riesgo importante con el que se topó la gente en el entorno comunitario, con una alta proporción de víctimas de tortura o violencia por parte de terceros, más del 50% no denunciadas o desinformadas. En materia de migración, a noviembre de 2023, el porcentaje de personas con intención de emigrar aumentó del 8% al 13,4% (9,8% fuera del país y 3,6% en otros estados y municipios del país).
Alimentación: El déficit de ingresos para comprar la canasta básica de alimentos alcanzó el 72,4%. La inseguridad alimentaria aumentó hasta el 45,8%, cayendo hasta el 42,8% tras 21 meses de confinamiento por covid a finales de 2021, la inseguridad moderada aumentó hasta el 35,7% y la inseguridad severa aumentó del 7,2% al 9,5%.
Agua y sanitización: El 86% tuvo que satisfacer sus necesidades de agua a través de fuentes alternativas, ya que las deficiencias en el suministro regular de agua se hicieron más pronunciadas y el 69,1% enfrentó severas restricciones de agua potable, de los cuales el 45,5% no tenía acceso al agua. semanas, meses o nunca lo recibió y el 23,6% restante no tenía conexión al sistema acuático. Asimismo, el 49,1% de las personas reutilizó el agua en diversas actividades de higiene y el 33,4% de las personas redujo la cantidad de líquido consumido diariamente. En cuanto a las aguas residuales, el 23,9% de los hogares no está conectado a la red de alcantarillado para eliminación de excrementos y el 18,4% utiliza fosas sépticas. En cuanto al agua contaminada, los reportes de esta situación aumentaron del 73,7% al 82,5% y el 12,5% de las personas tuvo que beber agua no potable.
Salud: Alrededor del 87,8% de las personas dependen del Sistema Público de Salud (SNP) para atender sus necesidades de salud y el 97,6% no tiene protección financiera. De igual forma, el 72,4% de las personas que acudieron al SNP no recibieron atención y el 69,9% perdió los servicios porque fueron reportados como inactivos. Entre las personas con problemas de salud graves, al menos el 35,4% padecía o padecía (diarrea, infecciones respiratorias y otros) y el 37,9% no recibía tratamiento por problemas crónicos graves (hipertensión, diabetes, cáncer y otros). Tampoco todos tuvieron acceso a los medicamentos durante el año.
Educación: Del total de 9,4 millones de niños y adolescentes (de 0 a 17 años), el 18% (de 3 a 17 años) no estaban escolarizados (7,2% por no asistir a la escuela y 10,8% por no estar escolarizados). El 29,9% de los niños y adolescentes que no asistieron a la escuela trabajaban, en su mayoría entre 7 y 17 años. De los 6,6 millones de niños y adolescentes que asisten a la escuela, el 88,3% asistieron a escuelas públicas y el 11,7% a escuelas privadas (la matrícula en escuelas privadas está disminuyendo). El 40,7% de los niños y adolescentes no asistía regularmente a clases por falta de docentes (36,3% por suspensión de clases y 16,2% por falta de alimentación escolar).
Finalmente, el informe muestra que ningún Estado en Venezuela es inmune al impacto de la emergencia humanitaria compleja, ya que se basa en una fragilidad estructural común y profunda y exhibe un comportamiento regresivo donde las privaciones continúan reproduciéndose e intensificándose. Con niveles de privación cada vez mayores, sin ningún cambio de perspectiva que pueda abordar las causas profundas o aún producir mejoras estables o duraderas para la población.
Para leer el informe, aquí