Caracas Al Dia
Un equipo de investigadores ha encontrado un fragmento de piel fosilizada que es al menos 21 millones de años más antiguo que los fósiles de piel descritos anteriormente. El ejemplar, que pertenece a uno de los primeros géneros de reptiles del Paleozoico, se parece a un cocodrilo.
Es la parte más antigua conservada de la epidermis, que supuso una importante adaptación evolutiva en la transición a la vida terrestre en reptiles, aves y mamíferos.
Los fósiles se detallan este jueves en un artículo de la revista Current Biology, junto con información sobre otros especímenes recolectados en el sistema de cuevas de piedra caliza Richards Spur, en Oklahoma.
El primer autor, Ethan Mooney, de la Universidad de Toronto (Canadá), explica: “De vez en cuando tenemos una rara oportunidad de mirar hacia el pasado” y “este tipo de descubrimientos realmente pueden enriquecer nuestra comprensión y apreciación de estas criaturas pioneras”.
Aunque la piel y los tejidos blandos rara vez se fosilizan, los autores creen que este espécimen se conservó debido a las características únicas del sistema de cuevas en el que se encontraba, que contenía finos sedimentos de arcilla y poros de petróleo, y probablemente carecía de oxígeno.
El estudio sugiere que algunos animales cayeron en estos sistemas de cuevas en el Pérmico Inferior y quedaron enterrados en estos sedimentos arcillosos, lo que retrasó el proceso de descomposición.
Además, “este sistema de cuevas fue un sitio activo de filtración de petróleo durante el Pérmico, y la interacción entre los hidrocarburos de petróleo y el alquitrán probablemente permitió la preservación de esta piel”, explica Mooney.
Aunque el fósil era más pequeño que una uña, el examen microscópico reveló tejido epidérmico, un rasgo distintivo de la piel de amniotas, grupos de reptiles, aves y mamíferos, y grupos de vertebrados terrestres descendientes de ancestros anfibios durante el período Carbonífero.
La piel comparte características con los reptiles antiguos y modernos, como una superficie granular similar a la de la piel de cocodrilo y áreas entre escamas epidérmicas similares a la estructura de la piel de serpientes y lagartos gusanos.
Dado que el fósil de piel no está asociado con ningún esqueleto u otros restos, no es posible identificar a qué especie animal pertenecía la piel.
El hecho de que esta piel antigua se parezca a la de los reptiles actuales demuestra la importancia de esta estructura para la supervivencia en ambientes terrestres.
“La epidermis fue una característica importante para la supervivencia de los vertebrados en la tierra. “Es una barrera importante entre los procesos internos del cuerpo y el duro entorno externo”, explica Mooney.
Los investigadores dicen que esta piel puede representar la estructura cutánea ancestral de los vertebrados terrestres en los primeros amniotas que permitió la eventual evolución de las plumas en las aves y los folículos pilosos en los mamíferos.
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