Caracas Al Dia
Unos 1.500 colombianos encarcelados en Ecuador serán repatriados, anunció el jueves el presidente Daniel Noboa, mientras busca tomar el control del sistema penal bajo el poder de grupos narcotraficantes que han sembrado las semillas del terror en el país con el apoyo de los militares.
Colombia rechaza esta medida unilateral y sostiene que, en los hechos, estos repatriados serán liberados.
Veinte organizaciones utilizan las cárceles como oficinas criminales desde las que operan el tráfico de drogas, y uno de los peores ataques contra el Estado se ha saldado con 16 muertes y 179 guardias y personal penitenciario retenidos por los reclusos en cuatro días.
Según Noboa, la decisión fue una respuesta al hacinamiento en las cárceles de más de 3.000 personas, aunque la medida no le cayó bien al gobierno colombiano.
“Entonces estamos liberando a 1.500 colombianos y tenemos que construir la prisión más alta y de máxima seguridad”, dijo el presidente de 36 años en una entrevista en la radio FM Mundo.
En un comunicado, Colombia rechazó la repatriación “masiva” y aseguró que debe ser “estudiada caso por caso” y “debe contar con el consentimiento de la persona privada de libertad”.
Pero Nobowa, que está en el poder desde noviembre, ha asegurado que la ley le respalda.
“Hay que dejarlos en la frontera y hay acuerdos internacionales que lo respaldan y tenemos que tomar una decisión urgente”, afirmó el presidente de 36 años.
“Ya llevamos varias semanas negociando con Bogotá, estamos amparados en nuestras leyes y acuerdos internacionales”, subrayó.
Para el gobierno de izquierda de Colombia, Noboa planea una “expulsión”, que “constituiría una decisión unilateral del Estado ecuatoriano de anular y dejar sin efecto las decisiones judiciales de sus órganos judiciales en Colombia”. Es decir, los prisioneros serán liberados al otro lado de la frontera.
Ecuador tiene 36 cárceles con una capacidad para unas 30.200 personas.
Un censo penitenciario de 2022 estableció que había 31.300 reclusos, de los cuales 3.200 eran extranjeros.
Grupos criminales vinculados a cárteles en Colombia y México han convertido las prisiones en campos de batalla, enfrentándose por redadas de drogas que han dejado más de 460 reclusos muertos desde 2021.AFP