Ha llegado el año. El año que los venezolanos estábamos esperando para impulsar el cambio. Esperamos que el cambio sea pacífico, democrático, selectivo, no violento y sirva de preludio a otros cambios: económicos, sociales, morales y de servicio público; En resumen, un cambio masivo hacia una nueva democracia basada en el Estado de derecho y el respeto de los derechos humanos, hacia una forma de vida cada vez mejor.
Ha llegado un año en el que tenemos que agudizar nuestro ingenio y nuestro patriotismo para no volver a cometer el mismo error. Sería imperdonable no aprovechar este año, 2024, para iniciar el cambio político que hemos buscado durante tanto tiempo.
Dije, inteligencia y patriotismo. La sabiduría exige que recordemos aquella frase de la Sagrada Escritura: Nosotros, los hijos de la luz, debemos ser más hábiles que los hijos de las tinieblas.
Debemos dedicar todos nuestros esfuerzos a brindar al país una opción de cambio apasionante y al mismo tiempo realista. Alternativas de cambio que explican a todos los venezolanos. Que se inste a la unión de todos a trabajar por el progreso de todos. Asegura una victoria electoral amplia y fuerte, pero al mismo tiempo alienta una transición pacífica y sin traumas y, finalmente, permite esperar una administración pública que resuelva los problemas que aquejan a las familias venezolanas.
Necesitamos patriotismo para entender que los intereses de la nación, el sufrimiento del pueblo venezolano, deben primar sobre cualquier otra consideración. Más importantes que cualquier proyecto personal o partidista son los intereses de los tres millones de venezolanos que confían en la inteligencia y el patriotismo de nuestra dirigencia nacional.
2024 es el año del cambio. año de esperanza Años de Unión y Progreso.
Seguiremos hablando.