con una espátula
ABC sugiere que el feto tenía entre 37 y 38 semanas de gestación y pesaba alrededor de dos kilos y medio. “Era un niño”, dicen con tristeza en Mosejon. Los guardias civiles lo encontraron muerto por la noche en un cubo de basura en la ciudad de Toledo, de unos 5.000 habitantes. Fue arrojada por un hijo menor de edad de la madre, quien negó incluso ante los médicos que estuviera embarazada.
Escrito por: ABC
Esto ocurrió hace casi una semana, el jueves 18 de enero, aunque aún no ha trascendido. Esa noche, una española visitó la consulta del médico del pueblo. De allí lo derivaron al Hospital Universitario de Toledo, a 20 kilómetros, porque sangraba abundantemente. Ella negó estar embarazada y afirmó que el sangrado se debía a los cólicos menstruales. Sin embargo, el ginecólogo que la examinó determinó que se trataba de un aborto espontáneo, pero no había señales del feto.
Agentes de la Policía Nacional llegaron al hospital y comunicaron a la Guardia Civil sobre las 22.00 horas que el Juzgado de Guardia de la ciudad de Toledo les había ordenado averiguar dónde podía estar el animal. Unos agentes acompañaron a la mujer hasta su domicilio, donde un menor de edad dijo que limpió al feto y lo arrojó a un cubo de basura. De hecho, el cuerpo fue encontrado dentro de una bolsa en el barrio Parque del Prado, en la calle Hermanos Quintero.
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