con una espátula
El Papa Francisco y el presidente Javier Millei se reunirán por primera vez en el Vaticano este domingo, un evento marcado por los ataques pasados del líder ultraliberal contra el Papa y el volátil panorama político en su Argentina natal.
Miley asistirá a la canonización el domingo por la mañana en la Basílica de San Pedro de la Beata María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como Mamá Antula (1730-1799), protectora del legado jesuita y pionera de los derechos humanos que se convertiría en la primera santa argentina. .
El evento será la primera vez que la Presidenta Miley reciba al jesuita argentino y ex arzobispo de Buenos Aires, Francisco. Al día siguiente hablarían extensamente en una audiencia prevista para la Santa Sede.
El evento incluirá un encuentro entre los dos líderes, situados en polos ideológicos opuestos, que protagonizaron una reconciliación en las últimas semanas con la llamada del pontífice al nuevo presidente tras su victoria electoral.
Una gran pregunta que se planteará en las reuniones del domingo y lunes es si Francisco visitará este año su Argentina natal, que no ha visitado desde que fue elegido jefe de la Iglesia católica en 2013.
El otro tema es el explosivo ambiente político de Argentina, donde la falta de apoyo ha frenado el megapaquete de reformas ilimitadas de Miley en la cámara baja del Congreso esta semana.
Desde Israel, donde se encontraba de visita, el presidente reaccionó con enojo y calificó de “pandata de criminales” a los diputados que no lo apoyaban.
“Intervención política”
Miley invitó a Francisco a visitar el país el mes pasado, diciendo en una carta que su llegada “traerá paz y fraternidad a todos los argentinos, deseosos de superar la división y el conflicto”.
La carta sirvió como disculpa pública por los insultos que Miley había proferido contra el Papa cuando era panelista de televisión -“estúpida”, “representante del mal”- e incluso durante su campaña electoral, cuando lo acusó de “injerencia política”.
El propio Francisco destacó el tema en una entrevista con el canal mexicano Televisa en diciembre, diciendo que “tenemos que hacer muchas distinciones entre lo que dice un político en una campaña electoral y lo que realmente va a hacer después”.
Miley y Francisco parten de posiciones opuestas, la primera desde el liberalismo extremo y el segundo desde la defensa de los más pobres y la protección del medio ambiente.
Pero Sergio Rubin, biógrafo del Papa y periodista argentino, ve un punto de encuentro en la carta con la que Miley invitó a Francisco a Argentina.
En él, el presidente abogó por proteger a “nuestros compatriotas vulnerables” mientras implementa reformas para corregir la trayectoria económica de un país con una inflación superior al 200% y un 40% de su población viviendo en la pobreza.
“Creo que estas dos cosas van a estar muy presentes”, dijo Rubin a la AFP: “contribuir a la unidad de los argentinos en un país polarizado” y “cómo el ajuste afecta a los menos, a los que están agobiados. Distribuidos equitativamente”.
“Me parece que el Papa le diría que ‘se ocupe de los pobres y trate de crear un ambiente menos conflictivo en Argentina'”, dijo Rubin.
Del catolicismo al judaísmo
Mientras esté en Italia, Miley planea reunirse con el presidente Sergio Mattarella y la primera ministra Giorgia Meloni el lunes.
En su segundo viaje al extranjero desde que asumió el cargo el 10 de diciembre, Miley viajó desde Israel a Roma, donde demostró su particular afinidad por el judaísmo.
El líder argentino, criado en una familia católica, viajó hasta allí junto al rabino Axel Wahnish, su consejero espiritual y embajador designado ante el Estado de Israel.
En Jerusalén, Miley oró apasionadamente en el Muro de las Lamentaciones, el sitio más sagrado del judaísmo, al que a menudo se hace referencia por su nombre hebreo, el Kotel, y anunció sus “planes” de trasladar la embajada argentina a la Ciudad Santa. Anfitrión para su mayor placer.
Aunque de momento dijo que no se plantea una transición porque, según dijo, “hay cuestiones que lo harían incompatible con su rol actual”, como el descanso obligatorio del sábado.
AFP