con una espátula
“La esperanza está muerta”. La muerte este viernes de Alexei Navalny, principal opositor de Vladimir Putin, conmocionó a muchos jóvenes en Moscú, que creen que con su muerte se desvanecen las esperanzas de cambio en Rusia.
“¡Ani Zhakacchi! Siento la misma emoción que si hubiera perdido a un padre”, dijo a la AFP María, una informática de 22 años que, como los demás entrevistados, no quiso revelar su apellido.
Según la joven, se trata de “una gran pérdida para toda la oposición rusa”, una “tragedia”.
Aunque Navalny, un acérrimo enemigo del Kremlin, ha estado en prisión desde que regresó a Rusia a principios de 2020, todavía representa la esperanza para un segmento de la población rusa de un futuro sin Putin y un país menos autoritario.
El carismático activista anticorrupción era muy popular entre los jóvenes de las grandes ciudades como Moscú, donde quedó segundo en las elecciones municipales de 2013, las últimas en las que se le permitió presentarse.
Alexei Navalny murió este viernes en una prisión del Ártico, a donde había sido trasladado recientemente, según las autoridades.
“Esperamos que sea falso. Sinceramente, es difícil de creer. Da miedo pensar en lo que sucederá después, en lo que el Estado puede hacer con sus ciudadanos”, se lamenta Mark, un estudiante de 18 años.
Valeria, 28 años, es guía turística. Para él, Navalny era “un símbolo de esperanza de un futuro mejor para Rusia”. “Supongo que esa esperanza muere con su muerte”.
“Si esta esperanza todavía estaba presente de una forma u otra, ahora es más débil”, afirmó, refiriéndose a una “tragedia insondable”.
– “Querer irse” –
Después de casi un cuarto de siglo de gobierno de Vladimir Putin y dos años de conflicto con Ucrania, “mucha gente se rendirá, porque siempre se necesita un símbolo para cualquier tipo de resistencia”, afirmó Valeria.
La muerte de Navalny tras tres años de detención y un envenenamiento que atribuyó al Kremlin dejó a la oposición rusa sin su cara más visible. Casi todos los disidentes están en prisión o exiliados en el extranjero.
“Todavía no puedo creerlo, pero si es verdad, es una tragedia personal para mí y para muchas personas que conozco”, dijo a la AFP Arthur, un estudiante de 27 años.
Para él, como para muchos miembros de su generación, “Navalny representaba una imagen definitiva de cambio positivo en el futuro, un futuro de reforma que podría conducir a un Estado mejor que el nuestro”.
Arthur dice que está “enojado” y “quiere irse”.
Desde el inicio de las operaciones en Ucrania y el anuncio de Putin de una movilización militar parcial en septiembre de 2022, Rusia se enfrenta a un éxodo difícil de cuantificar.
A menudo son los jóvenes educados que viven en las grandes ciudades, los mismos que siguen a Navalny, los que se van. “Ya no creemos en la posibilidad de un cambio para mejorar”, afirma Arthur.
AFP