con una espátula
La migración irregular a través de México aumentará un 77,2% en 2023, según muestran este viernes cifras del gobierno mexicano, un fenómeno que sitúa la frontera sur del país en niveles de saturación sin precedentes.
La Unidad de Política Migratoria (Segob) de la Secretaría de Gobernación registró el año pasado 782.176 “casos de personas en situación migratoria irregular en México”, unos 340.000 más que los 441.409 de 2022.
El mayor aumento se produjo en la migración irregular procedente de África, que aumentó casi un 797% hasta 59.834 migrantes identificados, frente a 6.672 en 2022, mientras que desde Asia aumentó más de un 342% hasta 45.877.
Mientras tanto, la inmigración irregular desde América del Sur aumentó casi un 117% a 345.941, desplazando a Centroamérica como la principal región para inmigrantes indocumentados.
América Central aumentó un 17,6% a 246.371, y el Caribe aumentó casi un 55% a 80.861.
El país de origen de los migrantes irregulares fue Venezuela, con 222.994, un aumento del 131,81% respecto a 2023.
Le siguen Honduras (119.402), Guatemala (81.535), Ecuador (70.790) y Haití (45.091).
Una frontera de límites
Las cifras se conocen después de un año de flujos migratorios “sin precedentes” hacia México y Centroamérica, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), con 16.000 migrantes llegando diariamente a la frontera con México en el punto más alto, de acuerdo con el presidente. Andrés Manuel López Obrador.
El incidente ha afectado particularmente a Tapachula, en la frontera de México con Centroamérica, donde la ciudad ha experimentado una inmigración récord, dijo Héctor Martín Méndez, representante del Colectivo de Defensores de Derechos Humanos.
Los activistas insisten en que la cifra puede ser mayor que la que informa el gobierno mexicano, que sólo cuenta a los inmigrantes irregulares que han sido interceptados.
“Se está hablando de millones y todos fluyen de forma errática”, dijo a Efe.
La defensora de derechos humanos aseguró que el gran flujo inició en 2018, pero desde entonces las autoridades mexicanas no han brindado servicios adecuados a los migrantes, por lo que las organizaciones civiles deben intervenir.
La fundadora del albergue ‘Jesús El Buen Pastor’, Olga Sánchez, dijo a Efe que el año pasado la afluencia de migrantes a Tapachula fue tan fuerte que su albergue contaba con 1.600 personas diarias.
“Por el momento hemos tenido 800 o 700 (migrantes) por la tarde, sigue más o menos igual, muchos mochileros. Decimos que vinieron solos, parece que vinieron en caravana y allá en Guatemala y Honduras se están separando y ahora vienen solos, (o en grupos) de siete, 20, 30, 40, 50 y 60 personas, pero el flujo continúa. Una inmigración muy fuerte”, afirmó.
Desesperación de los inmigrantes
El inmigrante salvadoreño René Escobar dijo a Efe que en el camino vio la frustración de los migrantes, especialmente los de Sudamérica.
“Lo que vemos es mucha gente sudamericana, será por nacionalidad, (entonces) cada quien vive por su país. Somos de El Salvador, no hay dictadura, tal vez la economía pueda mejorar, pero si esperamos no comemos”, expresó.
El hondureño Miguel Maldonado señaló que muchos inmigrantes se animan a viajar a través de la aplicación CBP One que el gobierno de Estados Unidos estableció para gestionar las citas migratorias.
“Hubo muchos inmigrantes (el año pasado), la mayoría cuando vinieron aquí no trajeron nada, lo único que trajeron en sus mochilas fue fe, cuando continuaron aquí (en el albergue), no fueron aceptados”, dijo.
Aunque el gobierno mexicano se ha comprometido a ayudar a quienes quieran quedarse en el país, Maldonado advirtió que “la mayoría no espera estos documentos, no saben los grandes beneficios que tienen, porque para la mayoría su sueño no es México”. Y ellos simplemente están de paso. ” Caracas Al Dia