Caracas Al Dia 19 de febrero de 2024, 12:25 captura carlacastillo Se levanta temprano todos los días, asegura su día productivo con una taza de café y se pone a “trabajar” haciendo de 30 a 100 empanadas. Viste con optimismo y camina por las calles de la ciudad con una gran sonrisa. “La gran Manzana” Donde esperan quienes han probado sus delicias o quienes se atreven a probarlas por primera vez. Pero detrás de este arduo trabajo está su esposo, una parte invaluable que la apoya durante todo el proceso. A sus 25 años se ha enfrentado a retos que muchos no se atreverían a afrontar. Tuvo que vivir en un coche cuando estaba embarazada. Y su pareja perdió su trabajo el día antes de que ella diera a luz. A pesar de las dificultades que enfrentó como inmigrante, encontró una manera de expresar su identidad en la gastronomía. Más de un venezolano que hoy convulsionó comunicación social Es un ejemplo de superación, humildad y trabajo honesto. La Patilla se suma a la ruta “caminar” Del Bronx Conozca su inspiradora historia.¡Suscríbete para recibir gratis la información que necesitas para comenzar tu día! Por: Elizabeth Gutiérrez | Caracas Al Dia Carla Daniela Castillo Álvarez es una caraqueña que experimentó el oficio culinario desde temprana edad. En Venezuela, estudiaba chef y ayudaba a su madre a cuidar de su hermana menor. Sin embargo, a los 17 años decidió dejar atrás a su familia y emprender un viaje incierto hacia Estados Unidos en busca de un futuro mejor. “Salir del país tampoco fue fácil. Créanme, todo el asunto de la visa fue un proceso, mientras mi padre recaudaba dinero para salir del país. Ha sido un proceso realmente fantástico, no es que la gente piense que ocurrió de la noche a la mañana”.Publicado. Juntos por el sueño Al llegar a Nueva York, Carla se encontró con una ciudad cosmopolita, diversa y competitiva, donde tuvo que adaptarse a una cultura diferente, un universo de posibilidades ante ella y poner la mirada en su mayor inspiración: su familia. “Mi hija y mi marido. “Son mi mayor inspiración, mi mayor empujón cuando salgo todos los días”. dice Carla, quien admite que su rutina diaria no es tarea fácil. “Soy una madre y una esposa. Mi esposo y yo nos turnamos para cuidar al bebé y hacemos malabares vendiendo, haciendo aderezos, freír, limpiando, amamantando y cocinando. el tiempo vuela”. Pero Carla no se rinde ni se queja. Al contrario, se enorgullece de su trabajo y de compartir su gastronomía con los neoyorquinos, quienes sucumben al sabor de sus empanadas, salchipapas y alitas de pollo, una mezcla de tradiciones colombianas y norteamericanas con una pizca de venezolana. efecto Foto de @empanadas_elcaminante Carla asegura que el secreto de su éxito es la paciencia y el buen trato a los clientes. “Vinimos a la tierra para servir, para ayudar. “Dios es la llave de todo”Él elaboró. Su fe y optimismo se reflejan en su rostro, que se hizo popular gracias a un video que circula en las redes sociales, donde Carla envía órdenes con una sonrisa y una palabra amable. El vídeo recibe cada día miles de comentarios y respuestas que agradecen su buena actitud y espíritu emprendedor. “El Caminante” del Bronx Crear un sueño es un desafío que requiere tiempo, dedicación y mucho esfuerzo. Carla lo sabe muy bien y además está segura de que su marido tendrá todo el apoyo para llevar su negocio al siguiente nivel. En el transcurso de unos meses, se complementan y desarrollan las habilidades necesarias para reinventarse en medio de la crisis. “Mi marido es mi socio en todo esto. Él fue quien creyó en mí, quien me dio la idea. Quien siempre me apoyó a mi lado. “Nos reunimos, pusimos toda nuestra fe en ello y empezamos”.. Foto de @empanadas_elcaminante Como en cualquier negocio, los objetivos se alcanzan con trabajo en equipo, y esa es precisamente la dinámica que mantiene al dúo en marcha. “Ahora mismo hago el producto, él distribuye y vende y nos ayudamos”Destacó. Sin embargo, dijo que elabora entre 30 y 100 empanadas al día, aunque a veces las ventas se ven afectadas. “A veces no venden y perdemos ingredientes, porque nuestro distintivo es que todo es fresco, ya que hay días buenos que vendemos de todo”. Sin embargo, espera duplicar la producción y deleitar a los locales con su auténtico sabor. Foto de @empanadas_elcaminante Desde la calle 176, pasando por Mount Eden, hasta la calle 170, entre Grand Concourse y Tremont, Carla, junto a su marido, viaja incansablemente por el Bronx en busca de clientes potenciales, que se pasan por el olor o el halcón de estos criollos. Darte una idea de las delicias que ofrece. “Un café por la mañana y manos a la obra. “Caminamos por talleres mecánicos en el Bronx, a lo largo de Main Street, dondequiera que veamos clientes potenciales”.. Fe antes de la tormenta El peregrinaje de Carla no está exento de obstáculos. Como inmigrante, se transformó al vivir en las calles, donde enfrentó hambre y dificultades extremas, mientras que comunicarse en un idioma desconocido era difícil. Foto cortesía de Carla Castillo “Tuvimos que dormir en las calles, morir de hambre. con una gran barriga [por el embarazo] Mis pies están hinchados (…) No importa el clima, nieve, lluvia, la mano de Dios, es hora de salir por mi hija, por mi familia. Siempre me han apoyado, creído en mí”, compartió Carla recordando los momentos difíciles que atravesó. Pero Carla tiene claro cuál fue la clave para superar estos desafíos. “La fe es lo más poderoso que tenemos, orar, hablar con Dios es el mejor ayudante en momentos difíciles”, el montó. Con temperaturas de -10 grados centígrados, se lanzaron a vender empanadas, demostrando un tremendo esfuerzo y una dedicación inquebrantable. Foto cortesía de Carla Castillo Mientras que algunos inmigrantes venezolanos manchan el nombre al trabajar fuera de la ley, para Carla el trabajo honesto le gana el respeto y se siente orgullosa de sus raíces criollas y latinas, al darse cuenta de que ella, como la mayoría de los inmigrantes, vino a Estados Unidos con un solo propósito: que ellos Para conseguir lo que soñaste en la vida. “Por nosotros, por nuestra familia, en pos de un sueño, de alcanzar una meta que lamentablemente no se pudo alcanzar en nuestro país”. “El sol siempre vuelve a brillar” Por eso, su mensaje es de perseverancia y resiliencia, de que nunca es tarde para soñar y alcanzar metas. Un rayo de esperanza para muchos que sirve como recordatorio de que por muy empinada que sea la subida hasta la cima, siempre es posible llegar. “Somos seres de luz y venimos a iluminarnos. No estamos solos. “Dios es nuestro guía y aunque las cosas se pongan difíciles, el sol siempre vuelve a brillar.”Ella había mencionado. Foto cortesía de Carla Castillo Carla y su marido tienen grandes planes. Quieren expandir su negocio a otras fronteras, crear oportunidades de empleo y contribuir al bienestar de la sociedad. Su historia no es sólo la historia de cómo una valiente venezolana encontró en la gastronomía su mayor aliado en tiempos de crisis, sino también un testimonio vivo de perseverancia, fe y determinación. En medio de la jungla urbana, los altos rascacielos, el humo en las alcantarillas, ella y su marido encontraron una manera de iluminarse y así lograron dominar la “capital del mundo”. (function(d, s, id) var js, fjs = d.getElementsByTagName(s)[0]; if (d.getElementById(id)) return; js = d.createElement(s); js.id = id; js.src=”https://connect.facebook.net/es_LA/sdk.js#xfbml=1&version=v3.0&appId=103199389782118&autoLogAppEvents=1″; fjs.parentNode.insertBefore(js, fjs); (document, ‘script’, ‘facebook-jssdk’));
Carla Castillo, la “caminante” venezolana que vende empanadas en las calles de Nueva York: la historia detrás de un video viral
Redacción - Caracas Al Dia
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