Caracas Al Dia
Hoy en el área metropolitana de Cali vivimos bajo un reinado de terror impuesto por las FARC de Iván Mordisco. Mientras el presidente Gustavo Petro se dedica a hablar de paz total, los disidentes acumulan poder y cogobernan en Zamundi, donde están armados, uniformados y patrullados en motocicletas de gran cilindrada, recorriendo constantemente puestos de control ilegales, secuestros, asesinatos, tráfico de cocaína, tarjetas. La población necesita permisos de circulación y está destruyendo el bosque, la mayor deforestación de los últimos años, para construir una carretera que les permita conectarse con el Océano Pacífico y enviar cargamentos de droga.
cada semana
A sólo 25 minutos de la capital del valle, bajo la mirada casi permisiva de la fuerza pública, Mordisco se dio el lujo de establecer una república independiente que desafió al Estado democrático y amenazó con instaurar allí una dictadura sangrienta, donde en al menos un año Mató a más de 50 personas, 360 ciudadanos, detuvo y secuestró a 71 personas. La crítica situación llevó a la Defensoría del Pueblo a emitir una alerta temprana debido a “violaciones sistemáticas de los derechos humanos” en Jamundí.
En impactantes videos vistos por SEMANA, se ve a guerrilleros armados patrullando con rifles de asalto, reprendiendo a la comunidad por sembrar el terror; También se les ve parando a ciclistas, a quienes se les exige tener la documentación al día. Un panorama oscuro que devuelve a Colombia al pasado, al mismo escenario de miedo, incertidumbre y dolor de hace tres décadas.
Sorprendentemente todo esto sucede a 15,8 kilómetros del Acantonamiento Militar de Pichincha, uno de los más grandes e importantes del país. Los militares, obligados por cese al fuego y operativos contra estas estructuras criminales, son sólo siluetas en este cóctel criminal de los cinco municipios más importantes del Valle del Cauca. Lo que está sucediendo aquí es el mejor ejemplo de la debilidad del gobierno, que ha permitido que la delincuencia se produzca en diferentes partes del país.
Un equipo de periodistas de Semana acudió a la vulnerable zona rural de Jamundí para investigar las denuncias de varios dirigentes del sector.
“La guerrilla es la ley”, afirmó un portavoz agrícola. Su premisa no es exagerada, pues basta con desplazarse cinco kilómetros del casco urbano para encontrar el cartel de advertencia de la columna de Jaime Martínez, que causa terror.
Para leer la nota completa, aquí