Enrique Moraleda, jefe de Nabasanuka en Delta Amacuro, dijo que al menos nueve niños Warao habían muerto en 72 horas.
Una comisión del Departamento Regional de Salud del estado Delta Amakuro llegó a la comunidad de Nabasanuka el pasado martes 9 de abril para investigar la muerte de al menos 12 niños de la etnia Warao en las localidades de Sakoinoko y Yorinanoko.
Según Radio Fe y Alegría, la comisión enviada desde Tucupita llegó a un hospital de dicha comunidad, donde se atienden las zonas aledañas, pues es el lugar donde cuentan con internet satelital que funciona ocasionalmente y desde allí se dirigen a las ciudades donde Muestra las muertes de menores y lo que se registra para investigar lo que está sucediendo.
El jefe nabasanuca, Enrique Moraleda, dijo que al menos nueve niños habían muerto en 72 horas con síntomas como fiebre, dolor de cabeza, convulsiones y dolor severo de cuello, elevando la cifra a 12 hasta el miércoles 10.
La atención del gobierno es difícil debido a que Sakinoko y Yorinanoko son comunidades geográficamente aisladas y la dificultad de acceso a la zona.
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Aunque los habitantes viven como ancestros, el cambio climático, la contaminación del agua y el contacto con el mundo criollo en transcultura, revelan su patología, sobre todo gastrointestinal, bacteriana -por no tener agua potable- e infecciosa.
La falta de luz es otro problema que enfrentan, mientras los maestros hacen todo lo posible para mantener la matrícula de los estudiantes con los escasos suministros que pueden encontrar. Las clases se ofrecen en casas particulares que se ofrecen.
Esta nueva crisis en la etnia Warao se hizo evidente tras la muerte del misionero keniano Josiah Kokal, cuyo cuerpo fue encontrado el 2 de enero. Según un informe de la Guardia Nacional, el hallazgo fue realizado por un habitante del sector Carpal, una zona montañosa de la comunidad de Boca de Guara, cercana a la carretera nacional que conecta los estados Monagas y Delta Amacuro.
La comunidad Warao en Delta Amakuro exigió entonces a las autoridades de seguridad que llevaran a cabo una investigación exhaustiva para revelar qué ocurrió en la muerte del sacerdote keniano que trabajaba para proteger los derechos humanos de los indígenas.
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