El caso de Ana Estrada permitió que la justicia peruana reconociera por primera vez el derecho a la eutanasia, aunque era punible en el país.
Texto: RFI/AFP
Una mujer peruana de 47 años, que padecía una enfermedad incurable y degenerativa, cuyo caso se ha convertido en un símbolo al convertirse en la primera persona en su país en reclamar su derecho a morir, informó este lunes su abogado.
“El domingo 21 de abril de 2024 Ana Estrada ejerció su derecho fundamental a una muerte digna y consintió el procedimiento médico de la eutanasia”, dijo su abogado en un comunicado publicado en la red social X.
La activista y psicóloga “murió en sus propios términos, de acuerdo con su sentido de dignidad y en pleno control de su autonomía hasta el final”, añade el mensaje, sin especificar cómo las autoridades sanitarias la ayudaron a morir.
Permitir que el sistema judicial del Perú reconozca por primera vez el derecho a una muerte digna, a pesar de que la eutanasia está penalizada en el Perú.
En julio de 2022, la Corte Suprema de Perú confirmó un fallo de un tribunal de Lima de febrero de 2021 que reconocía el derecho de Estrada a morir y ordenó a las autoridades sanitarias acceder a su solicitud.
El fallo de la Corte de Lima dictaminó que “el artículo 112 del Código Penal” que prohíbe la muerte asistida es “inaplicable”.
El fallo indicó que la decisión de Estrada “de poner fin a su vida por el método técnico de la eutanasia” debe ser “respetada”.
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Según la Corte Suprema del Perú, “la eutanasia debe entenderse como el acto de un médico de administrar directamente (oral o intravenosa) un medicamento destinado a acabar con la vida de una persona”.
Según medios peruanos, Estrada padecía desde los 12 años la incurable poliomielitis, que causa debilidad muscular progresiva, lo que le obligaba a utilizar una silla de ruedas desde los 20 años.
“Esta enfermedad ha ido avanzando en los cuatro años desde que comencé esta lucha por una muerte digna en 2019”, declaró en radio RPP el año pasado.
“Quiero que me respeten mis decisiones y los derechos que me he ganado. Los derechos son para quien los necesita”, afirmó.
En América Latina, la eutanasia está criminalizada desde este año en Colombia (1997) y Ecuador con Paula Roldán, que padecía esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad incurable y mortal.
Uruguay, Chile y Cuba discuten proyectos sobre el tema, mientras México tiene una ley de “buena muerte” que permite a un paciente o su familia solicitar que la vida no se prolongue por medios artificiales.
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