El consumo promedio de los hogares venezolanos aumentó significativamente en el primer trimestre de 2024, según un informe presentado en el marco de la 54° asamblea anual del Consejo Nacional de Comercio y Servicios (Consecmercio).
Durante este, se comparó el consumo de un hogar venezolano en los primeros tres meses de este año con el mismo periodo de 2023.
Un aumento de hasta el 28%
Consecomercio reúne a diferentes expertos para solucionar este problema, que afecta el poder adquisitivo de la población. Este es el salario mínimo más bajo de la región, menos de 4 dólares al mes al tipo de cambio oficial.
En este sentido, Pedro Quintana, socio director de Atenas Grupo Consultores, afirmó que “el gasto promedio en los canales tradicionales (abarrotes, farmacia independiente, charcutería y panadería) aumentó un 17%”.
Por su parte, el crecimiento en los “canales modernos (cadenas de supermercados, farmacias y colmados)” fue del 28%, añadió Quintana.
Más compras, mayor gasto
El experto también destacó que también han aumentado las unidades compradas a domicilio. 12% en canales tradicionales y 27% en canales modernos.
Eso se traduce en “más compras y mayor gasto”, explicó Quintana.
Sin embargo, la ONG Prova afirmó que el ahorro de los hogares ha sido “aplastado”. Esto es en respuesta a la devaluación del salario mínimo en los últimos dos años.
Según su informe anual de 2023, la alta inflación y la dolarización han exacerbado la inseguridad alimentaria. Con un salario que apenas cubre el 1% de la canasta básica, valorado en más de $500.
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“Los subsidios y los pagos de bonificaciones gubernamentales aumentaron los ingresos en 132.200 millones de dólares, aunque esto representa sólo el 26,1% del gasto de la cesta de distribución de bonificaciones que no llega a toda la población”, afirmó la ONG en la versión final del informe.
Provea sostiene que esta situación se ha “trasladado” a 2024 por la falta de respuesta del chavismo a las demandas de un salario mínimo digno.
“Con el salario mínimo estancado en menos de cuatro dólares mensuales desde marzo de 2022, se ha convertido en el más bajo de América Latina, mientras que la inflación y la devaluación continúan erosionando el poder adquisitivo”, concluye el informe.