'Patruko'. Esta es la redacción que los chavistas han hecho bandera de campaña y con la que se refieren a los candidatos de la oposición para las elecciones presidenciales del 28 de julio. Según el diccionario de la Real Academia Española significa 'gallo que no es de pura raza ni bueno para pelear' o 'persona tímida'. Y aclaró: 'Insultante, coloquial'.
Así, el chavismo centra sus esfuerzos proselitistas en humillar y desprestigiar a sus opositores, ante las constantes muestras de complacencia en torno al candidato oficial, Nicolás Maduro, quien se define como el “gallo bueno” que lucha contra los “Patraukos”. , adjetivo que su equipo repite una y otra vez con una cadena de hierro.
“Soy el único candidato presidencial de 10, el gallo lindo entre los nueve 'patarucos', el único con experiencia, el apoyo del pueblo, de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y un programa de país. “Somos los los únicos que garantizan la paz y la estabilidad”, dijo Maduro en voz alta en un evento en el estado insular de Nueva Esparta y lo repitió innumerables veces en otros lugares.
Pero, a pesar de su insistencia en alzarse como única alternativa y de su reiteración de que “nadie quiere 'Patroukos'”, la tozuda realidad lo desmiente a diario, con una oposición generalizada en todo el país, especialmente entre quienes lo reclaman. Vota por el candidato de la mayor coalición opositora -la Plataforma Unitaria Democrática (PUD)-, Edmundo González Urrutia.
Así lo ha constatado Caracas Al Dia en distintos estados del país, como Julia, Aragua, Carabobo o el Distrito Capital, entre otros, donde la dirigente María Corina Machado -inhabilitada para ocupar cargos públicos de elección popular hasta 2036- impulsa la candidatura de González Urrutia. , a quien asiste en varios mítines aunque ha estado involucrado en actividades con diversos sectores de la sociedad civil así como con aliados políticos.
Humillación versus diplomacia
La estrategia del insulto no logró galvanizar a la mayoría de la oposición, que continuó su campaña ignorando las palabras del chavismo, y utilizando la diplomacia, incluso la ironía, ante los intentos de desprestigio por votos.
Hasta el momento, parece que esta fuente le cree a una ciudadanía que expresa su hartazgo por sus exabruptos, insultos, gritos y provocaciones en las redes sociales y en actos opositores.
Pero en ese universo de candidatos opositores no faltan personas que entran al juego como animales heridos en el gallinero, donde, asegura, el “gallo bueno” es él, no Maduro. Es Antonio Icarri, quien llama al candidato oficialista el 'correlon', es decir, “el gallo de pelea que se lanza en aparente vuelo frente a su enemigo, lucha por detenerse de repente y disparar un tiro”.
Icari -el candidato de la formación de Alianza Lápiz-, como el nuevo gallo del corral que se desmarcó de los 'Patraukos', traza un paralelo con la fuga que -asegura- aplica a Maduro para evitar polémicas con sus opositores, y cara a cara y quién está en el consejo electoral. Destaca la necesidad de mostrar a los ciudadanos algo que, según él, sólo se puede lograr mediante un debate.
El resto de la oposición -todos 'patarucos' según Maduro- continúa su campaña de forma más o menos activa, y apoya criterios más ortodoxos, centrándose en propuestas y promesas para una presidencia definitiva, en algunos casos poco realistas, pero puramente políticas.
Y así, Venezuela se encamina a las elecciones del 28 de julio con cientos de dudas y una certeza: Miraflores será el próximo gallo contratado en el palacio presidencial, porque la partida está en el gallo. Caracas Al Dia