El 28 de julio, diez candidatos disputarán las elecciones presidenciales de la República. El pastor y empresario Javier Bertucci, candidato del partido El Cambio, quiere un gobierno que refleje a toda la oposición.
Desde Guanare, estado Portugisa, el empresario y sacerdote evangélico Javier Bertucci se suma por segunda vez en su carrera política a la carrera electoral para postularse a la presidencia para el periodo 2025-2031.
Su nombre apareció por primera vez en las papeletas de las elecciones presidenciales de 2018, cuestionadas por la comunidad internacional. Con su partido Esperanza por el Cambio, fundado el mismo año, obtuvo el 10,82% de los votos.
De 54 años, nació el 16 de noviembre de 1969 y comenzó a hacer campaña desde su juventud. A los 30 años, en Valencia (Carabobo), fundó en Venezuela en 1999 la Iglesia Cristiana Maranatha, de la que fue pastor durante casi 20 años.
En 2018 dejó el liderazgo de la iglesia para ingresar a la política, dejando a cargo al pastor Francisco Barrios. Actualmente es diputado por el estado Carabobo en la Asamblea Nacional 2020, donde fue postulado como uno de los 20 diputados opositores.
Bertucci fue vinculado al caso en 2016 Los papeles de Panamá. Una investigación periodística indicó que intentó constituir una empresa valorada en 5 millones de dólares en un paraíso fiscal. Su participación no ha sido probada.
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Anteriormente, en 2010, fue acusado de contrabando de diésel y organización criminal. Fue puesto bajo arresto domiciliario, que fue levantado dos meses después. En 2021, el Tribunal de Justicia Penal de la Ampliación Puerto Cabello del estado Carabobo ordenó el sobreseimiento del caso.
Tolerancia cero ante la corrupción
Este pastor evangélico indicó que su gobierno será un gobierno de transición, en el que se verán reflejados todos los sectores de oposición. Además, indicó que negociaría con el actual Gobierno si fuera necesario para lograr “gobernanza” y “pacificación”.
Sin embargo, afirmó que su gobierno tendría tolerancia cero con la corrupción y la impunidad. En una entrevista con decual, indicó que estaba dispuesto a construir una prisión “sólo para los corruptos” y que abriría una investigación sobre las denuncias de tortura a presos políticos. “Cuando descubramos la verdad, seremos muy estrictos sobre lo que es la justicia”, afirmó.
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Debido a sus “valores cristianos”, dice que legalizar el aborto o el matrimonio igualitario iría en contra de sus creencias, pero apoyaría un referéndum consultivo para definir esas cuestiones.
Su plan para la recuperación económica del país implica levantar las sanciones, generar confianza y reducir los gastos de ingresos. Además, ha prometido que el salario mínimo bajo su gobierno se establecerá en 150 dólares para enero de 2025.
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