Por María Laura García
Las situaciones de nuestra vida nos hacen sentir enojados o tristes sin comprender, ya que muchos de nosotros no sabemos o identificamos cómo nos sentimos o por qué reaccionamos de la manera que lo hacemos en el día a día.
Por eso, necesitamos “centrarnos” en conocernos a nosotros mismos para que nuestros sentimientos de frustración, tristeza o enojo no afecten a los demás porque normalmente no tienen toda la responsabilidad de lo que sucede o no sucede.
Exiges a los demás, pero no siempre tienen la capacidad o el interés de desarrollarlo para satisfacer tus necesidades, aunque sean reales y no puedas obligarlos a cambiar, en consecuencia, esa transformación comienza en nosotros, más compasivos y ten paciencia con nosotros y con los demás. Entender lo que sucede en el caos y listo.
Debes… perdonarte y perdonarte!
¿Sabías que sentimos y sentimos desde que nacemos?
Nos expresamos ante el mundo en base a lo que sentimos en cada momento y esas emociones se muestran a través del llanto, gritos, risas y muchas otras expresiones que pueden ser tan variadas como somos como seres humanos.
Y una emoción que nos hace reaccionar de diferentes maneras, y no necesariamente desde el llanto, hasta la frustración o la desesperación. ¿Sabías que cuando estamos tristes o frustrados podemos reaccionar con ira o rabia?
La ira es una emoción básica que surge de los sentimientos de frustración o tristeza que experimentamos cuando hay una discrepancia entre lo que creemos, esperamos o deseamos que suceda y lo que realmente sucede.
Expresar enojo puede ser un intento de buscar ayuda cuando no se satisfacen nuestras necesidades o cuando tememos no poder escapar de nuestros defectos, y generalmente es porque no sabemos cómo identificar nuestras emociones y mucho menos controlar nuestras reacciones.
La ira puede ser un escudo mental que cubre sentimientos desconocidos
Todos podemos enojarnos, ya sea por una leve molestia o una rabia incontrolable; Y esta emoción puede manifestarse de diferentes formas y grados de intensidad. Casi siempre surge de situaciones que consideramos frustrantes o injustas. Lo cierto es que detrás de ese enfado se esconde un mundo emocional complejo que no todos sabemos leer en nuestro interior.
De hecho, la ira puede ser, como ya he expresado, un mecanismo de defensa para protegerse frente a emociones más vulnerables como la tristeza, el miedo o la desesperación. Porque es más fácil mostrar enojo que admitir que estás herido, triste o frustrado; Y la ira actúa como una barrera emocional para no parecer débil o que no tenemos control sobre ti.
Es más, en lugar de reconocer el miedo, innumerables veces nos enojamos para ocultar nuestra debilidad y parecer valientes.
Cuando experimentamos pérdida, decepción o rechazo, es común enmascarar la tristeza con ira.
Molestarnos nos ayuda a evitar experimentar dolor emocional y canalizar nuestra energía.
¿Por qué reconocer emociones ocultas?
Debemos gestionar nuestras emociones si queremos tener salud mental y calidad de vida, pero para ello debemos reconocerlas y comprender qué las crea y luego descubrir cómo procesarlas.
Recuerda que ignorar o reprimir nuestros sentimientos o emociones más profundas puede socavar nuestro mundo interior, nuestra paz e incluso nuestra autoestima o valor propio.
Conocer, aceptar y expresar lo que sentimos nos permite encontrar formas saludables de expresar lo que hay en nuestra alma. Así que tómate un tiempo para pensar en lo que sientes y en las situaciones que te hacen enojar, por ejemplo. Pregúntate qué hay detrás de ese enfado y si enmascara otras emociones.
No te juzgues, es normal sentir una amplia gama de emociones, asumir que esto te permitirá practicar la empatía, es decir, ponerte en el lugar del otro y comprender también su perspectiva y sus emociones. Incluso te ayudará a gestionar tu enfado hacia los demás con compasión.
Insisto, la ira y la rabia pueden ser un escudo mental que esconde sentimientos que ni siquiera imaginas. Si aprendes a gestionar tus emociones de forma saludable fortalecerás tu inteligencia emocional y tus relaciones interpersonales. Serán más equilibrados y significativos.
¿Qué nos aporta la inteligencia emocional? ¿Qué nos da el perdón?
La verdadera inteligencia emocional se refiere a la capacidad de ir más allá, es decir, si vemos a alguien que está enojado o molesto con nosotros y/o que luce diferente a lo que normalmente luce, debemos preguntarnos qué está pasando con esa persona. Algo que no te haga sentir mal, triste, valorado o compensado.
Repito, innumerables veces, que la ira esconde tristeza, aunque se exprese a través de la ira o la indiferencia. La ira es una emoción que en última instancia se basa en la subjetividad porque la persona que se siente herida ha notado algo que no le gusta del otro y ese “herido” le causa dolor.
Ahora bien, consideremos que el perdón, de ambas partes, implica una oportunidad de empezar de nuevo y de aceptación mutua y de los acontecimientos. Gracias al perdón, el hombre libera su corazón de la ira, la tristeza y el miedo, ilumina la vida y aporta las mejores fuerzas.
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