con una espátula
Cuatro hechos revelan la gravedad de lo que sucede con la infiltración del narcotráfico en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), el ocultamiento de información, la inexplicable muerte de un militar en la Zona Dorada y el desmoronamiento de los pilares de la institución .
Sebastiana Barez // INFOBAE
La flexibilidad para asegurar el ingreso de la mayor cantidad de efectivos minimizó los filtros de superioridad en el estamento militar, con resultados naturales que revelaron el deterioro de la FANB cada día. Las ganancias del narcotráfico, la deserción, la extorsión o las actividades ilícitas y el creciente número de efectivos asociados a armar a personas que no están preparadas configuran un panorama sombrío.
El sargento Yver Ricardo Albarracin Quintero será juzgado contra el capitán Nieto Quintero por imitar la ley penal y se dirigía a la capital del país, cuando en el automóvil en el que viajaba, del Táchira a Caracas, con otras dos personas, se encontraron más . Más de 57 kilos de cocaína.
Para ello utilizó un vehículo oficial de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), el cual fue entregado a un coronel, quien luego fue detenido. Como en otros programas, el establecimiento militar hizo intentos de ocultar el hecho de que los soldados estaban involucrados en actividades pervertidas.
Pasadas las seis de la tarde cuando una patrulla rotulada con el nombre del componente, modelo Hilux verde, procedente de San Cristóbal, estado Táchira, con destino al distrito capital de Caracas, circulaba por una carretera que ingresa al central estado Carabobo, con tres personas, entre ellas, dos sargentos de la GNB y un civil.
Al acercarse al Punto de Atención al Ciudadano (PAC) en El Naip, la patrulla llamó y encontró 53 envoltorios de cocaína en unos contenedores utilizados para transportar combustible en la parte trasera.
Entre los detenidos se encuentran dos uniformados de la Guardia Nacional y un civil. Los guardias fueron despojados de sus uniformes para ser fotografiados y el informe no mencionó que eran militares.
La camioneta era el vehículo de protocolo del coronel Rubén Oberto Mendoza Bautista, director del Centro de Entrenamiento de Suboficiales de la GNB en Siberia, estado Táchira, quien luego fue detenido, ya que la Hilux estaba bajo su mando para ser interrogada.
Hay un hecho más relevante. El sargento (GNB) Yver Ricardo Albarracin Quintero, junto a otros tres guardias, debió comparecer al día siguiente en el Juzgado de Control 36, presidido por el juez Iván Bustamante Prieto, por emular leyes que sancionan con secuestro y tortura. Capitán de la GNB, Juan Carlos Nieto Quintero, quien denunció que solo querían procesar a esos militares pero no a los responsables de su secuestro y tortura. El caso no fue oído ni se fijó una nueva fecha.
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