con una espátula
El PP lleva varios días pidiendo la dimisión de Francina Armengol como presidenta del Congreso por su vinculación con la supuesta trama de corrupción del “Caso Koldo”, pero la expresidenta de Baleares se negó y abandonó. Explicar, contraatacar a los populares. “Se han saltado todos los límites y líneas rojas posibles”, afirmó Armengol en una comparecencia este martes, donde defendió su gestión ante el jefe del Govern balear durante la pandemia, aunque evitó desvelar con quién mantuvo contacto su ejecutivo. Adquirir las mascarillas a la empresa en la parcela del Ministerio de Transporte de José Luis Ábalos.
por larazon.es
“En política no todo vale”, añadió Armengol, que acusó al PP de “meter la pata”. “No permitiré que manchen mi nombre ni que mezclen mi nombre y la gestión de mi Gobierno con algo como la corrupción”, continuó Armengol, que quiso dejar claro que todo se hizo conforme a la ley. En este sentido, dijo que “cae todo el peso de la ley” si alguien intenta lucrar durante la pandemia. “No estamos en pocas palabras. Han sido detenidas 20 personas y ninguna procedente de Baleares. Mi gobierno, en cualquier caso, puede ser la víctima. Nunca cómplice o cómplice”, apuntó Armengol.
Armengol, sin embargo, evitó revelar quién se puso en contacto con el Ministerio de Transportes de su Gobierno para convencer a la empresa sobre el esquema de Soluciones de Gestión y Apoyo Empresarial. “Recibimos mucha gente del Govern con diferentes nombres y siempre se hacía lo mismo: llevarlos al servicio de salud”, afirmó Armengol, ante la insistencia de los periodistas por saber cuál era la comunicación entre el Govern balear y los Ábalos. ministerio. Trascendió que hubo conversaciones entre ambas administraciones y que los gobiernos regionales aceptaron las recomendaciones de transporte porque “creyeron”. Sin embargo, negó órdenes de “presionar” u obligar a una u otra empresa a adjudicar contratos.
A pesar de los ataques del PP, Armengol se negó a dimitir. “Resulta cuanto menos sorprendente que quien me pidió la dimisión sea el que figuraba en el sumario”, ha afirmado, cuestionando al Gobierno balear del PP y preguntando qué se ha hecho con el expediente de la reclamación. Dinero de empresas involucradas en la trama. Como se sospecha que ha caducado. En este sentido, Armengol explicó que iniciaron el proceso para exigir la devolución a la empresa el 6 de julio, justo antes de salir del Gobierno regional, y que el plazo para completar el expediente finaliza seis meses después.
Armengol, sin embargo, explicó el contexto y dijo que la situación era “muy dolorosa” al inicio de la epidemia (abril de 2020) porque no tenían material sanitario para proteger a la gente. “No se proporciona ningún material de protección. No teníamos EPI, mascarillas, respiradores”, recordó. “Ante esta situación, como presidente del gobierno, intentamos comprarlo donde se vendía. Se vendió en China y todos competimos entre nosotros para intentar comprar los suministros médicos. Esa es la realidad”, añadió.
A partir de ahí, firmó un controvertido contrato de 3,7 millones de euros con la empresa implicada en la trama. “Estoy orgulloso de decir que Baleares estaba entre las comunidades con menores tasas de mortalidad. Baleares legalmente, a juicio de los técnicos sanitarios, en sentido estricto, se hace por intervención y se compra con todos los contratos con intervención. Con contratos bien hechos, con gente seria que ha decidido comprar material según el precio y material que necesitamos suministrar. Necesitábamos abastecernos porque la realidad en nuestra península es otra”, explicó resumiendo que las mascarillas defectuosas se almacenaron porque la pandemia no ha terminado y es necesario hacerlo por si hubiera posibles riesgos futuros.
Es más, como prueba de integridad, Armengol defendió que enviaron todo el material para su análisis a un instituto nacional (externo a su gobierno) para comprobar la calidad y concluyó que estas mascarillas “no son fake”, sino que no están filtradas como FFP2 sino como quirúrgico. Por ello, “los técnicos decidieron guardar estas mascarillas” porque todavía estaban en la epidemia y las necesitaban para poder formalizar la reclamación más adelante. Luego, a partir de ahí, empiezan a mirar la diferencia de precio y calculan el importe final a reclamar. “Esta exigencia se ha hecho en el momento oportuno ya que la administración tiene unos plazos determinados”, señaló.