El 6 de enero de 2021, un grupo de manifestantes de rostros blancos, azules y rojos, con banderas en la mano, intentaron asaltar el Congreso, la máxima institución de Estados Unidos. Las imágenes que siempre vemos en Internet cuando hablamos de política estadounidense no son muy diferentes de las fotografías tomadas afuera del Palacio Federal Legislativo en Caracas el 5 de julio de 2017. Sin embargo, aunque recordamos esos hechos con tristeza, no era la primera vez que ocurrían.
Al menos no en Venezuela, donde Desde 1848 el Parlamento está estancado.
Cuando inició su vida republicana independiente tras su secesión de Colombia en 1830, Venezuela sufría una grave crisis: la guerra de independencia no sólo había destruido la economía, sino también a sus héroes, Los militares, ahora preparándose para movilizar su participación en el conflicto. Los pagos, distintos de los monetarios, casi siempre terminan en algún cargo en la administración pública.
Ante la anarquía y la declaración de guerra civil, José Antonio Páez, uno de los jefes de aquellos soldados, se propuso poner el orden. Si quieren una república tienen que garantizar funcionarios comprometidos.
La cuestión es que para Páez este concepto casi siempre definió a quienes se pusieron de su lado en las luchas por el poder.
Aunque inicialmente se opuso a la candidatura de José María Vargas entre 1834 y 1835, pronto se puso de su lado, sobre todo cuando la propia Paige lo devolvió a su cargo cuando cayó en manos de conocidos rebeldes. Revolución reformista.
El otro fue Carlos Sublet, un partidario de los libertadores y de Páez, que llegó al poder dos veces. Algunos historiadores llaman a este grupo conservadores
Entre los soldados que esperaban recibir su recompensa destacan los hermanos Monagas: José Gregorio y José Tadeo.
José Tadeo, después de sabotear varias veces los planes de Páez, decidió llegar a un acuerdo con él: Páez lo votaría para presidente a cambio de respetar el orden que sólo los fascistas sabían imponer. Sin embargo, un cambio de plan ya en el poder provocó el colapso del acuerdo y un debate para destituir a Monagas con la mayoría conservadora en el Congreso.
¿La respuesta de José Tadeo Monagas? irrumpió en el Congreso con sus hombres armados y luego se volvió loco. ¿Te suena familiar? ¡Por supuesto!
El ataque al Congreso en 1848 no sólo demuestra que los acontecimientos vistos y vividos recientemente en la política no son nuevos, sino también algo que extrañamos en el caso de Venezuela: la libertad del pueblo. A partir del 24 de enero de ese año, el Congreso perdió su rol de control ante el ejecutivo, pues si bien lo recuperó en algunos períodos cortos (por ejemplo, la salida de Carlos Andrés Pérez en 1993), no duró mucho. Ser ceñido por el Presidente en ejercicio. Monagas pasó a la historia, nos cuenta Elías Pino Iturieta, como el asesino del poder legislativo. Venezolano.