Después de la derrota electoral El chavismo hoy sólo puede demostrar victorias militares., aferrándose fraudulentamente al poder, reprimiendo a un país entero para lograrlo. El 28 de julio se logró lo que antes parecía imposible: derrotar al chavismo por una abrumadora mayoría.
El proyecto político que conocemos como “socialismo bolivariano” alguna vez tuvo todo a su favor: un líder carismático que conectaba con la mayoría sin instituciones o grupos que mediaran en esa relación; Tienen a su disposición los mayores recursos económicos estatales de los últimos 40 años; Una imagen y descripción fuertes y fácilmente comunicables; La confusión de los opositores políticos ha disminuido y la crisis y finalmente un escenario internacional favorable.
Si hubiera administrado sabiamente su capital político, el chavismo habría dominado la realidad política, social y económica de Venezuela durante mucho tiempo. ¿El chavismo se rompe por la suma de qué momento? ¿Cuáles son las fallas internas que explican la gran victoria de la alternativa democrática en Venezuela?
1) La ausencia de la personalidad propia de Nicolás Maduro: Según Max Weber, el carisma se evidencia cuando una persona tiene determinadas características o cualidades que la hacen “especial”. El éxito de un buen político estará ligado a su carisma y su capacidad para institucionalizar un nuevo orden. Según el sociólogo alemán, el carisma es intransferible.
Una vez desaparecido el líder carismático, hubo que acudir a un modelo diferente de dominación y legitimidad, según las tres tipologías establecidas por Weber, que correspondían al caso venezolano de “dominación racional”, basada en reglas. La obediencia, en tal hegemonía, no es al superior sino a las reglas que legitiman y definen su autoridad.
El chavismo no ha hecho esta transición de manera satisfactoria. Mientras decidía crear un nuevo marco regulatorio, Nicolás Maduro continuó con su autoridad basada en un carisma inexistente transferido por Chávez. Aunque la elite gubernamental estimuló una economía basada en la libre convertibilidad del dólar y tomó decisiones que no ocurrieron durante la era Chávez, como la intrusión policial y militar en el sector popular, Maduro repitió los gestos y formas del líder desaparecido, cerrando de la personalidad y gobernando con su propio estilo. De igual forma, intentó construir una biografía épica basada en verdades a medias y mentiras. Incluso promovió artificialmente a un “superhéroe” e hizo que los niños se disfrazaran de él en los carnavales, una iniciativa que no tuvo eco en la gente. Convertirse en una mala caricatura de la llamada “Izquierda de Sabaneta” aceleró la pérdida de autoridad y respeto de Maduro dentro del universo bolivariano.
2) La dominación del universo bolivariano por parte de la élite madurista: Hugo Chávez fue central en un proyecto que distribuyó porciones de poder e influencia entre diferentes sectores del espectro bolivariano, imponiendo un equilibrio que fue posible gracias a su autoridad. Tras su ausencia, la élite madurista (integrada por Maduro, Cilia Flores, así como Jorge y Delci Rodríguez) comenzó a ocupar puestos dentro del universo chavista, desplazando tanto al gobierno como al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). otros sectores, generando así desconfianza y descontento. Este colonialismo hizo desaparecer alianzas como la Gran Meru Patriótica, que atrajo votos descontentos con la alianza gubernamental. Organizaciones con peso simbólico o influencia comunitaria, como el Partido Comunista de Venezuela (PCV) o REDES, han pasado del apoyo crítico a hacer campaña para votar contra Maduro.
3) Pésima gestión de la crisis migratoria: Si la pobreza y la exclusión eran grandes problemas sociales en Venezuela en 1998, fecha de la primera victoria de Chávez, la crisis migratoria de 2024 -y con ella la separación de familias- es una situación muy sensible para la mayor parte del país. Maduro ha creado un problema invisible que afecta directamente a 8 millones de personas, tratando a los migrantes como enemigos políticos, revictimizándolos (“fueron a limpiar el pozo”) y criminalizándolos (“bioterroristas”, “hablan mal del país”). “. sale a decir” ) Maduro fue el candidato de la continuidad y el motivo por el cual los venezolanos se vieron obligados a abandonar el país. La imagen de migrantes del sector popular caminando desesperados hacia otros países generó interrogantes incómodos y recelos en sectores regionales que apoyaban al chavismo. La posibilidad de la reunificación familiar, por tanto, se convirtió en un tema de la campaña alternativa democrática, permitiéndole ajustarse a los deseos de los sectores populares.
4) Represión sin compensación material: Ningún gobierno, por autoritario que sea, puede depender exclusivamente de la represión sin una compensación material a sus bases de apoyo. La crisis económica que surgió en 2014 socavó los programas sociales creados por Chávez: las misiones. Las ayudas estatales llegan cada vez a menos personas, y aún menos en cantidad y calidad. Además, grandes sectores de la población fueron castigados con una escasez generalizada de servicios básicos, mientras que los líderes de los partidos vivían en privilegios. Paralelamente, el gobierno ha reprimido arbitrariamente a los sectores populares mediante la militarización y políticas de seguridad privada de mano dura: las Operaciones Populares de Liberación (OLP) y las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), que causan graves violaciones de derechos humanos.
5) Corrupción generalizada: En marzo de 2023, cuando Tarek El Aissami fue arrestado, para intentar legitimar la represión contra él y su círculo íntimo, el gobierno reveló que había robado 3.000 millones de dólares en un contexto de pobreza creciente. La publicidad de la imagen fue contraproducente, ya que confirmó la percepción de que se habían malversado sumas masivas entre la élite madurista: ¿cuánto se quedaron los demás? A partir de ahí, toda la acción gubernamental se evaluó entre lo que gastó la élite y lo que la mayoría dejó de recibir. Por ejemplo, el costo de los carteles de campaña para el referéndum del Esequibo, el estilo de vida de sus líderes, el surgimiento de la burbuja económica, las obras de infraestructura que nunca se construyeron y la discrepancia entre el discurso público y la realidad, aumentaron la percepción de la existencia de una corrupción generalizada. en varios niveles del chavismo.
6) Víctimas de su propio dominio comunicativo: Las élites fueron desconectadas de la realidad mediante la creación de un sistema de medios públicos nacionales basado en la propaganda. Las cámaras de eco propagan y amplifican cifras poco realistas sobre la gestión pública, que terminan siendo internalizadas por la propia dirigencia gobernante, alimentando la complacencia y la arrogancia. No hubo lugar para mensajes críticos, ni siquiera desde las propias filas del partido gobernante, mientras sus voces de disidencia eran neutralizadas.
7) Cambio en la situación internacional: Los gobiernos de Hugo Chávez coincidieron con el período de surgimiento de un ciclo progresista en la región que le permitió fortalecer las relaciones con gobiernos afines e incentivar la formación de nuevas plataformas regionales como la Alianza Bolivariana de los Pueblos de las Américas. (ALBA). Esas expectativas de que el continente se movería permanentemente hacia la izquierda en 2024 se han desvanecido. En sus últimos días, sólo los gobiernos de Cuba y Nicaragua apoyaron incondicionalmente a Nicolás Maduro. El presidente chileno, Gabriel Boric, creó una tendencia que, desde la izquierda, criticó duramente al gobierno venezolano, creando un referente importante para una izquierda democrática en la región. El estancamiento con Alberto Fernández y los gobiernos de Colombia y Brasil en los últimos días de la campaña alienó a los chavistas menos radicales.
8) Deshonra por violación de los derechos humanos: La apertura de una investigación formal por parte de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de lesa humanidad en Venezuela causó un daño importante al prestigio de Maduro. Desde entonces, algunos de los presidentes y líderes políticos y sociales del mundo han tratado de estimar el valor político de tomarse una foto con alguien designado por La Haya. Luego de suspender un viaje a Argentina debido a las protestas declaradas por los venezolanos residentes en ese país, el presidente limitó en gran medida sus viajes al exterior.
9) Peor candidato posible: En la URSS, la renovación de su liderazgo permitió que caras nuevas crearan expectativas de cambio o reforma entre la población, manteniendo al mismo tiempo una estructura de poder totalitaria. Después de dos mandatos presidenciales, Maduro es el candidato de la continuidad, con amplios márgenes de rechazo entre el público y dentro del partido gobernante. Su propia debilidad le impidió tomar medidas dentro del poder ejecutivo que dieran credibilidad a cualquier promesa de renovación y reforma. Las campañas electorales eran costosas y, por tanto, contraproducentes entre una población pobre, sin nuevas ideas y difundidas a través de la comunicación. Los constantes fallos en la estrategia de campaña no sólo demostraron una incomprensión de la realidad del país, sino también el descontento de la esfera interna del partido gobernante por ganar su candidatura.
10) Orgullo y complacencia: El chavismo ha cometido varios errores de cálculo desde que concluyó exitosamente el proceso de primarias de la oposición. A pesar del cambio de contexto y de las circunstancias de su propia base de apoyo, la élite madurista pensó que podía repetir las fórmulas de Hugo Chávez con los mismos resultados. La baja participación en el referéndum de Esequibo debería haber inspirado una profunda reflexión interna sobre el proceso electoral, lo cual no sucedió. Las campañas, las promesas, las concesiones de campaña, la división de la oposición y las medidas de contravoto, que funcionaron en el pasado, resultaron ineficaces para aumentar la popularidad del candidato oficial. Aunque el chavismo nunca funcionó internamente de manera democrática, el sistema disciplinario, que incluía prisiones, vaporizó cualquier atisbo de debate interno.
11) Cansancio de compromisos ideológicos de futuro: En la época de Chávez, el socialismo del siglo XXI era un significante vacío lleno del contenido que la gente proyectaba en el concepto. Con la desaparición del líder y la falta de mejoras concretas en la vida cotidiana de la población, ésta vuelve a quedar vacía de significado, hasta que las palabras dejan de tener sentido para el pueblo, interpretadas como demagogia. Por otra parte, la incompetencia ya no tenía connotaciones negativas contra sus oponentes (“fascistas”, “extrema derecha”). El propio discurso ideológico empezó a ser rechazado por las masas. Este cansancio se manifestó en la artificialidad de la clase dominante en sus últimos meses y en la campaña electoral.
El futuro es incierto pero, incluso si Maduro logra imponerse militarmente, a pesar de todas las pruebas de fraude, ya ha perdido la batalla política y Gobernará sobre la peor ilegitimidad: su propio pueblo, quienes, como testigos en la mesa, conocen los verdaderos resultados. Aparte de las mayorías que lo enorgullecen, se aferra a una burocracia estatal leal y a su dominio sobre la violencia, incluido el control de las fuerzas militares y policiales. A pesar de las bravuconadas y el baño de sangre, el chavismo ya no es el mismo. -Rafael Uzcátegui @fanjinero