Para Benigno Alarcón, político y director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), la presencia de González Urrutia en Venezuela podría desencadenar una presión “extrema”.
“Si lo arrestan, o si no le prestan juramento, o si le hacen daño de alguna manera, si le hacen algún daño, eso podría ser un detonante importante. La presencia de Edmundo en el país y verificar la presencia física de María Corina son detonantes muy importantes”, dijo a la VOA.
Parte de la comunidad internacional, incluidos líderes considerados aliados históricos del chavismo, como el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el colombiano Gustavo Petro, no reconocieron a Maduro como ganador y los resultados provocaron protestas. Solicitó verificación independiente. Resultó en 28 muertes y más de 2.400 arrestos.
Machado, ganador de las primarias presidenciales de la oposición pero no calificado para el cargo, lanzó mensajes que generaron expectativas en los que dijo a los venezolanos que estuvieran listos para “hacer lo que sea apropiado” a medida que el presidente se acerca a su toma de posesión.
“Estamos muy unidos, estamos listos para el momento decisivo, queremos hacernos fuertes, decididos y listos para avanzar, para lograr pronto el cambio que queremos”, dijo en un vídeo publicado el domingo. en las redes sociales.
“Una caja de Pandora”
El conflicto en Venezuela parece estar en una etapa de “estancamiento”, considera Alarcón, quien también afirma que los índices de aprobación de González Urrutia y Machado están “intactos”.
Alarcón sostiene que en enero el país tendrá dos escenarios: una negociación que conduzca a una transición ordenada; Y uno en el que la ignorancia de la oposición sobre los resultados electorales podría comenzar a escalar.
“Puede ir desde una represión masiva, como la que vimos el 29 y 30 de julio, o un escenario en el que podría ser necesario confrontar de alguna manera a las personas que no aceptan los resultados y terminar sentándose en la mesa de negociaciones”, dijo. estresado.
En cuanto a Alarcón, es predecible que la presión internacional aumentará a medida que se acerque el 10 de enero y continuará una vez que Maduro asuma el poder.
“Creo que la presión no será menor y creo que después del 20 de enero, cuando Donald Trump jure, al contrario de lo que algunos dicen, creo que la presión va a ser mayor”, especula.
Aún se desconoce qué postura adoptará el presidente electo, pero varias figuras de su gabinete han dejado claro que están a favor de una política de máxima presión contra Maduro.
VOA.