con una espátula
El socialdemócrata Bernardo Arévalo asumió el cargo de presidente de Guatemala el domingo después de meses de fiasco judicial que buscó anular una victoria electoral que obtuvo prometiendo luchar duramente contra los corruptos que controlan el país.
Horas antes de su toma de posesión, Arévalo, hijo del primer presidente democrático de Guatemala, prometió que su gobierno trabajaría para poner fin a “una era oscura” de la “colusión del país con la corrupción del sistema político”.
El sociólogo, ex diplomático y filósofo, de 65 años, prestará juramento para un mandato de cuatro años en una sesión solemne del Congreso en el Teatro Nacional, en el centro de la capital, custodiada por policías y militares.
Inesperadamente, el socialdemócrata avanzó en junio a una segunda vuelta presidencial con un candidato conservador aliado del partido gobernante, al que derrotó cómodamente con el 60% de los votos gracias a su mensaje anticorrupción.
Desde entonces, Arévalo y su partido Movimiento Semilla han sido blanco de un ataque judicial que lo denunció como un “golpe de estado” detrás de las élites políticas y económicas que han gobernado la suerte del país centroamericano durante décadas.
La fiscalía intentó revocar la inmunidad del presidente electo, disolver su partido progresista y anular las elecciones, argumentando que había habido irregularidades electorales.
El ataque judicial, basado en casos “falsos”, según Arévalo, fue condenado por Naciones Unidas, la OEA, la Unión Europea y Estados Unidos, que autorizaron a cientos de fiscales, jueces y diputados por “corrupción” y “atentado a la democracia”. “.
Como muestra de apoyo, a la investidura asistieron el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, representantes de Washington, el rey de España, Felipe VI y, entre otros, los presidentes Gabriel Boric (Chile) y Gustavo Petro (Colombia). )
Arévalo sustituirá al derechista Alejandro Giammattei, quien estuvo vinculado al llamado “pacto de los corruptos” y cuyo gobierno obligó al exilio a decenas de fiscales, jueces y periodistas que denunciaban la corrupción.
– ¿Puede gobernar? –
El futuro presidente de Guatemala reconoció que enfrentará enormes desafíos porque “las élites político-criminales, al menos por el momento, seguirán ganando el poder del Estado”.
Según dijo, esta semana buscará la renuncia de la fiscal general Consuelo Porras ante los ataques judiciales. Pero los analistas no descartan que la fiscalía continúe tomando medidas enérgicas y presionando al Congreso para que renuncie a la inmunidad presidencial.
Con 23 diputados de Semilla, Arévalo enfrentará un Congreso en el que más de uno de cada 160 legisladores pertenece a partidos políticos tradicionales que han hecho poco más que paralizar su agenda de “transformación”.
“Sufrirá un acoso permanente. Su mayor desafío es responder al deseo del público: no dejarse dominar por los contratos de los gánsteres. Tienes que romperlo; Si no, no puede gobernar”, dijo a la AFP el analista Manfredo Marroquín.
En la plaza capitalina frente al Palacio Nacional, desde cuyo balcón será recibido el domingo el nuevo presidente, el campesino indígena Pedro Bernal, de 45 años, dijo a la AFP que “los corruptos no querían dejar el poder porque no querían quiero ser supervisado o ir a prisión”.
– “No todo está en tus manos” –
Arévalo ocupa el puesto 30 entre 180 países en el ranking de corrupción de Transparencia Internacional, y el 60% de sus 17,8 millones de habitantes viven en la pobreza, una de las tasas más altas de América Latina.
Decenas de miles de millas cruzan los Estados Unidos cada año en busca de trabajo y para escapar de la violencia de las pandillas y el tráfico de drogas.
“No todo está en sus manos, no esperamos un cambio del 100%, pero él obedece lo que dice”, declaró Helen Chua, una estudiante universitaria de 18 años.
Arévalo afirmó el sábado que “lo más urgente” es restablecer las instituciones “coordinadas por los corruptos”, pero “lo más importante” es trabajar por el desarrollo social en el ataque a la pobreza.
Para ello, ya ha nombrado un gabinete de 14 ministros, la mayoría de los cuales son desconocidos. Pero algunos seguidores lo criticaron por incluir figuras del sector privado o por estar asociado con gobiernos anteriores y una sola comunidad indígena.
Hijo de Juan José Arévalo (presidente de 1945 a 1951), iniciador de importantes reformas sociales en el país, nació en Montevideo y vivió de niño en Venezuela, México y Chile durante el exilio de su padre tras el golpe. Por Washington. En 1954 contra el progresista Jacobo Arbenz.
Arévalo es políglota y amante del ajedrez, padre de tres hijas y casado con la doctora Lucrecia Peinado, con quien tiene tres hijos.