En América Latina, azotada por la violencia criminal, Buquel es el presidente más popular, según una encuesta regional, gracias a su política de “mano dura” contra las pandillas.
El popular presidente de El Salvador, Naib Buquel, inicia un segundo mandato este sábado 1 de junio con un poder casi absoluto y sin oposición, pero enfrenta el desafío de mantener la seguridad en el país y lograr la prometida prosperidad económica.
Bukele, un milenial de 42 años, prestará juramento en una ceremonia que comenzará a las 8.00 hora local (14.00 GMT) en el Palacio Nacional, cuya plaza está en el centro histórico de San Salvador. Sus seguidores fueron convocados, según informó RFI.
El ex activista de origen palestino arrasó con la oposición en las elecciones de febrero y ganó otro mandato de cinco años después de recibir un histórico 85% de los votos, ganando casi todo el Congreso (54 de 60 escaños).
Regularmente en las redes sociales, donde se burla de quienes lo llaman “dictador”, tiene de su lado al resto del poder del Estado, incluidos los magistrados que le permitieron presentarse a la reelección a pesar de estar prohibido por la Constitución.
Tendrá más poder porque los diputados aprobaron recientemente una reforma que le facilitaría la realización de cambios constitucionales, incluida la posibilidad de la reelección indefinida, según los analistas.
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“Se ha movido con alarmante velocidad para eliminar los controles y contrapesos necesarios para una democracia, lo que le permitió, entre otras cosas, buscar su reelección (…). Es difícil imaginar que el propio Bukele vaya a dar marcha atrás sus medidas autoritarias”, dijo a la AFP Tamara Tarasyuk, del Centro de Análisis del Diálogo Interamericano.
Costos de seguridad
En América Latina azotada por la violencia criminal, Buquel es el presidente más popular, según una encuesta regional, gracias a su política de “mano dura” contra las pandillas, que muchos gobernantes, como Daniel Noboa (Ecuador) y Xiomara Castro (Honduras), he intentado emular.
A la investidura asistieron los presidentes Santiago Peña (Paraguay) y Rodrigo Chávez (Costa Rica) y el rey Felipe de España, entre otros. Pero la atención se centra en el argentino Javier Millei, con quien Buckel comparte sus simpatías por el expresidente estadounidense Donald Trump, una agenda conservadora y un gusto por las influencias golpistas.
Buckel afirma haber curado al país del “cáncer” de las pandillas, a partir del cual declaró la “guerra” y construyó una megaprisión: desde marzo de 2022, El Salvador vive bajo un estado de emergencia que ha detenido a 80.000 personas sin orden judicial. .
Human Rights Watch y Amnistía Internacional condenaron las muertes, torturas y detenciones arbitrarias. Alrededor de 8.000 fueron liberados, miles porque eran inocentes.
“Los costos de seguridad los pagan las poblaciones detenidas injustamente”, resumió el coordinador de la comisión de derechos humanos, Miguel Montenegro.
Para Buquel, que llegó al poder en 2019 con el 53% de los votos, su reciente victoria aplastante muestra que los salvadoreños quieren continuar bajo el gobierno de emergencia.
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