El primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, aseguró que el proyecto de ley contra el fascismo, neofascismo y expresiones afines, presentado por la vicepresidenta Delci Rodríguez ante la Asamblea Nacional, busca prevenir la extrema derecha violenta. Vuelve a mostrar tu nariz en el campo.
Durante su programa semanal, Con El Mazo Dando, Cabello reiteró la necesidad de luchar contra corrientes que en el pasado quemaron vivas a personas con el único propósito de destruir el orden del país y destruir al gobierno nacional.
“Aquí a la gente le dicen que sólo los que gobiernan violan los derechos humanos y los que queman viva a la gente o los degüellan con trampas mortales motorizadas, ¿cómo se llama ese comportamiento? Afortunadamente esto está cambiando con la conciencia de la gente”, destacó Cabello.
Asimismo, destacó que quienes alzaron la voz contra este nuevo instrumento legal fueron antifascistas.
“¿Quién grita? Por eso digo que la ley que condena a los ladrones, los ladrones rechazan; ¿Quién condena la corrupción, quién grita? Los corruptos. Entonces la ley que condena el fascismo, ¿quién la condena? ¡Fascistas! Ve a donde debes estar”, dijo.
El Tratado de Barbados como última esperanza
Por otra parte, el líder socialista aseguró que la oposición ha invocado ahora el acuerdo de Barbados como última esperanza, luego de que fuera declarado inválido.
“Estos animales no se avergüenzan de que Barbados haya retirado esa negociación y acuerdo, y ahora se aferran a ello como su última esperanza, no se avergüenzan”, resaltó.
En este sentido, instó a los seguidores de la oposición a no aborrecerse en el juego del grupo fascista que sólo los ha llevado al fracaso y la derrota en los últimos cinco años.
Destacó que, por ejemplo, la sucesora de María Corina Machado, Corina Ioris, no ingresó a la presidencia porque la oposición no la registró.
Asimismo, señaló que el gobierno nunca ha prohibido a nadie registrarse, mientras que Yoris todavía se considera candidato a las elecciones presidenciales, “es una enfermedad”.