La polémica reelección del presidente Nicolás Maduro se acabó Venezuela en una encrucijada: Su gobierno se ha comprometido a “normalizar” el país, tras las protestas y las acusaciones de fraude de la oposición, que avanza hacia una “transición democrática”.
“Es como un camino que termina en Y: toma cualquiera Camino autoritario definido Y fuera, es decir, la cubanización de Venezuela, o entramos en un proceso de transición democrática”, explicó a la AFP Benigno Alarcón, politólogo y profesor de la Universidad Católica Andrés Bello.
Ruta institucional
Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), Maduro fue declarado para un tercer mandato presidencial con el 52% de los votos sobre Edmundo González Urrutia (43%). No mostró un escrutinio detallado tabla por tabla. La oposición, encabezada por María Corina Machado, aseguró que González había ganado las elecciones con más del 60% de los votos y tenía pruebas.
El gobernante preguntó entonces al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Resultados “Certificados”Un juicio “irrespetuoso”
Pero tanto el TSJ como el CNE están acusados de servir al chavismo, y la oposición ya ha dicho que cualquier fallo judicial sobre el asunto sería “nulo de pleno derecho”. “Violarán los derechos inalienables de los electores” dice una carta publicada el miércoles.
Francisco Rodríguez, abogado y académico, considera sin embargo que el TSJ «Era un lugar para proteger» La victoria que canta la oposición. “Si dicen que tienen la mayoría, ¿por qué no llevaron allí sus argumentos para defenderlos?”.
Calles y violencia
Machado promete “no salirse del camino”. Una manifestación excepcional tuvo lugar el sábado en varias ciudades del mundo, aunque no se esperaba el tsunami en Venezuela. “Hay represión, miedo, intimidación y no podemos pedirle a la gente que salga en masa”, dijo Edward Rodríguez, consultor político de la oposición.
Katyusha Camargo, trabajadora social del extenso barrio de Petar en Caracas, aseguró por su parte que hay un ““Psicoterror” impuesto por el chavismo para reprimir cualquier protesta. “Nadie quiere morir en la calle”, afirma.
Al día siguiente de las elecciones, tras los resultados, hubo informes de protestas en zonas populares, antiguos bastiones chavistas. Hubo 25 muertos, 192 heridos y más de 2.500 detenidos.
“Las reuniones pacíficas pueden tornarse violentasYa sea por la frustración de la gente o por la represión estatal”, dijo Alarcón. “Puede aumentar la violencia, lo cual no es bueno para nadie”.
presión internacional
Benigno Alarcón y Edward Rodríguez coinciden en que a lo largo del camino, Se necesita más presión internacionalTeniendo en cuenta las advertencias de posibles nuevas olas migratorias.
Alrededor de 8 millones de personas han huido de la crisis durante la última década.
Las demandas de Estados Unidos, la Unión Europea, varios países de la región y organismos multilaterales Más transparencia en el escrutinio.
Brasil y Colombia han planteado la posibilidad de repetir eleccionesUn escenario rechazado tanto por el chavismo como por la oposición. “Eso no tiene sentido”, supone Alarcón.
Discusión, fisuras internas.
Maduro ha negado conversaciones con MachadoLo que llamó “fascistas”. González llamó al presidente a “hacerse a un lado” y allanar el camino para una transición.
“Hay países que tienen Conversión contra las instituciones estatalesAlarcón se refiere a la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en 1958: “Decidió ignorar los resultados de un referéndum y pocas semanas después hubo un golpe de estado que lo sacó del poder. “Aquí puede pasar cualquier cosa”.
“No es muy útil si quieres suprimir un general. Si los que deben ser reprimidos no lo hacen”, continuó el profesor. “Si los tribunales y la policía no lo terminan, poco importa que el fiscal ordene arrestar a algunas personas”.
Edward Rodríguez explica que aunque «“Maduro quiere volver a la normalidad” Quiere reforzar su posición en la mesa para un posible diálogo con “mayor represión, mayor intolerancia”. “Todo termina en una negociación.”