Los ministros de Asuntos Exteriores de Venezuela y Guyana iniciaron este jueves una reunión en Brasilia para discutir la crisis del Esequibo, sin que el Gobierno cambie su postura en la lucha contra la región rica en petróleo.
El ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Ivan Gill, se reunió con su homólogo de Guyana, Hugh Hilton Todd, en una reunión que siguió a la promesa de diciembre del presidente Nicolás Maduro e Irfan Ali de evitar el uso de la fuerza en medio de tensiones que han generado temores de un conflicto armado en la región.
Ninguno de ellos hizo declaraciones cuando Itamarati llegó a la sede del ministerio. A la reunión también asistió el ministro brasileño de Asuntos Exteriores, Mauro Vieira, confirmó la AFP.
Brasil señaló que la reunión trabajaría para “unificar la región como un área de paz, cooperación y solidaridad”.
Gill llegó a Brasilia el miércoles para “una nueva fase de diálogo directo”.
“Creo que la reactivación de este diálogo directo (…) es un éxito para la diplomacia (…) porque elimina la posibilidad de conflicto fuera de las disputas regionales que tenemos”, dijo a la televisión estatal VTV.
En la conferencia de San Vicente y las Granadinas de diciembre se acordó una nueva reunión presidencial en Brasil dentro de tres meses.
“Esta reunión es un paso muy importante para cumplir lo que acordamos en San Vicente”, dijo Ali a la AFP en Georgetown. “Las discusiones entre Guyana y Venezuela mejoran la estabilidad y un ambiente pacífico”.
Desde la cumbre de diciembre, las tensiones han aumentado en días con la llegada de un buque de guerra británico a aguas guyaneses, lo que Venezuela vio como una provocación y respondió movilizando a más de 5.600 personas en ejercicios militares cerca de la frontera en disputa.
La situación no se calentó, pero ambas posiciones permanecieron impasibles.
El plan
Venezuela sostiene que Esequibo, una zona de 160.000 km2 rica en recursos naturales, es parte de su territorio desde que fue colonia de España.
También apeló a los Convenios de Ginebra, firmados en 1966 antes de la independencia de Guyana del Reino Unido, que sentaron las bases para un acuerdo negociado y anularon el laudo de 1899.
Ese laudo también estableció los límites que Georgetown pidió que reconociera la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Aunque se trata de una disputa centenaria, la disputa se intensificó en 2015 después de que la petrolera estadounidense ExxonMobil descubriera grandes reservas de petróleo crudo en el área objeto del reclamo.
Y las tensiones aumentaron después de que Venezuela celebrara un referéndum sobre la soberanía del Esequibo el 3 de diciembre, promoviendo la creación de un Estado formal en la región, lo que Georgetown -que la gobierna- vio como un intento de anexión.
Maduro incluso creó una zona militar para la región de 125.000 habitantes, figurando en el saludo militar oficial: “El sol venezolano sale en el Esequibo”.
Para Iván Rojas, internacionalista venezolano, el encuentro sirve para mantener un “diálogo abierto”, pero no resolverá cuestiones de fondo.
“Probablemente se centrará en el aseguramiento mutuo del mantenimiento de la paz. Es decir, este acuerdo existe para que haya comunicación continua entre ambas partes en momentos de tensión”, explicó a la AFP el director del Consejo de Relaciones Internacionales de Venezuela.
Gill aseguró que en la agenda de trabajo en Ginebra está “encauzar todo el diálogo en el marco de este tratado” y en especial “aquellos espacios marítimos que no están demarcados”.
Venezuela quiere “revisar y trabajar para evitar que terceras potencias o grandes potencias imperialistas o militares se involucren en la disputa”, añadió.
Georgetown insiste en que estas reuniones no resolverán la disputa territorial, que deja en manos de la CIJ. Ali dijo que la reunión más bien esbozaría una agenda de temas relacionados con “comercio, clima, seguridad energética… mejorando nuestras relaciones de vecindad”.
“Todas estas cosas son cruciales para un entorno estable y pacífico”.