con una espátula
Luis González, El candidato presidencial de Ecuador por la Revolución Civil, el movimiento liderado por el expresidente Rafael Correa (2007-2017), ha asegurado que se ha visto obligado a reforzar su seguridad por un presunto plan para atacarlo a partir de este viernes.
González, que compite en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales contra el joven empresario Daniel Noboa, visitó este viernes una serie de áreas protegidas con chalecos antibalas en la norteña provincia de Imbabura.
Hasta ahora, el candidato del correísmo se había negado a usar un chaleco antibalas, como hicieron varios contendientes en la primera vuelta tras el asesinato del candidato Fernando Villavicencio, quien fue alcanzado por un balazo cuando salía de un mitin político en Quito el 9 de agosto.
González explicó que finalmente accedió a usar el chaleco antibalas luego de que el jueves fuera detenido en Quito por posesión de armas quien, dijo en su declaración, se las iba a suministrar para atentar contra él.
“Me vi obligado a usar un chaleco antibalas y a aceptar la oferta del gobierno de que las fuerzas armadas me brindaran seguridad”, explicó González sobre la decisión del ejecutivo de que los militares protegieran a los dos candidatos a la presidencia. Segunda ronda.
“No es contra ningún candidato, es contra la democracia”; El candidato también lo dijo en un mensaje publicado en redes en el que aseguró que la democracia en Ecuador está “gravemente herida”.
Al ser consultado sobre esta advertencia de un posible ataque el jueves, el ministro del Interior, Juan Zapata, y la Policía Nacional indicaron que se encontraban verificando e investigando lo declarado por el detenido.
Por su parte, Noboa, quien fue uno de los primeros candidatos en usar un chaleco antibalas tras el asesinato de Villavicencio, explicó en su momento que optó por hacerlo diciendo que había recibido amenazas de muerte similares a las que recibió el candidato que lo mató hace un año. unos días antes. delito..
Estas elecciones excepcionales en Ecuador se celebran bajo una creciente ola de violencia que azota al país desde hace casi tres años, atribuida por las autoridades a bandas criminales que operan en el país, dedicadas principalmente al narcotráfico.
Como resultado, el país andino pasó en 2022 de 5,8 a 25,32 homicidios dolosos por cada 100.000 habitantes en sólo cinco años, la cifra más alta desde que se tienen registros, y según diversos expertos, 2023 podría terminar con una tasa en espiral de 40. Asesinatos que involucran a jueces, fiscales y políticos como Villavicencio. Caracas Al Dia