La división de la comunidad LGBT+ en Karabobo se evidencia en sus tres marchas, una de las cuales fue suspendida por diferencias políticas con el PSUV.
Valencia- “No entiendo el sentido de marchar por derechos cuando no se expresan en marchas de protesta”. Esta es una dura crítica a Luisa Sánchez quien asistió por primera vez a una marcha del Orgullo LGBT+; Valencia en su caso.
Lleva pantalones cortos tipo Barbie y un body rosa. Emocionada, juega con su moño como si fuera la hélice de un avión. Se define como heterosexual y camina 3 km desde el cruce de la avenida Lara y el paseo Cabriels hasta el parque Negra Hipólita.
Es amigo de la comunidad, pero nunca asistió a una procesión hasta que su vecino lo invitó. Pero, a finales de marzo, afirmó sentir un mal sabor de boca. “No es una protesta, es un desfile de bailes, besos y discursos sexistas que está lejos de ser una protesta real”.
Sánchez ha asistido a otro tipo de marchas y por eso dijo eso. La falta de pancartas, consignas y consignas que protesten por los continuos abusos contra los derechos humanos de las comunidades sexualmente diversas de Venezuela hace que estas protestas anuales sean acéfalas.
desplazamiento
Óscar Castillo coincide con Sánchez. A diferencia de él, es gay y ha asistido tres veces al Valencia Pride. “Me preocupa ver una comunidad tan aislada. Le sorprende que salir de fiesta en estas procesiones e ir a una discoteca estén privados de sus derechos.
Dice esto porque en realidad ha protestado más veces de las que lo han invitado a un club nocturno durante la gira. “Esta fiesta no termina, estaremos relajados hasta las 6:00 a.m. celebrando la diversidad”.
Esta era la primera de las tres marchas que iban a tener lugar en Valencia. De los tres, uno fue despedido por desacuerdos con la administración pública. Se vieron obligados a politizar los mítines del Partido Socialista Unido de Venezuela. Se llevará a cabo el domingo 23 de junio. En su lugar se realizará una tercera marcha en la misma fecha.
En marzo la presencia del PSUV era discreta, más que invisible. Sólo tres vestían camisetas oficiales de la campaña.
Castillo también tiene muchas críticas. Los hace porque ha visto orgullo en Caracas y otras partes del mundo. “¿A quién se le ocurriría marchar el Día del Padre?” Esta fue su primera crítica y alegó que se trataba de una estrategia secreta del gobierno para que él no recibiera tanta ayuda.
mala decisión
La idea no es descabellada. Caracas Al Dia Se incorporó marzo de 2023 y se nota la ausencia de personas respecto a marzo de 2024. Tres carrozas no fueron suficientes para atraer a las masas y tampoco los anuncios en las redes.
Sánchez también criticó que la marcha se haya desarrollado en la avenida Cabriels, vía adyacente a la avenida Bolívar, que luego alivió el tráfico.
“La idea de una marcha es que te vean, que la gente se sienta incómoda por tus reclamos, que sepan que eres real y que la comunidad no está destinada a morir en un closet, sino todo lo contrario. , tienen derecho a decir que los que matan y se burlan se cansaron de hacerlo”.
La joven siente que sus comentarios podrían ser tomados como homofóbicos. “Amo a la comunidad, pero… si la propia comunidad no puede alzar su voz y separar al partido de la seriedad de marchar por la validación de sus derechos en un país como Venezuela, estamos equivocados”.
Lo dice porque no hay pancarta. Este marzo es diferente a otros años Caracas Al Dia Sólo vio una señal. En 2022 y 2023, los cánticos de “besos por 1 dólar” y “abrazos gratis de mamá” fueron reemplazados por gritos del público de “¿dónde está el trasero” en referencia al papel de sumisión sexual o “tokisha”. .
Repensar la pelea
“Este movimiento sobrevivirá en la medida en que la población exprese su deseo de una sociedad más tolerante, diversa y respetuosa”, afirmó Julio Castellanos, coordinador regional de Carabobo para Acción Democrática.
Según este politólogo, el papel de la comunidad es ser más exigente con las autoridades en cuanto a sus necesidades. Esto es en referencia a dictar ordenanzas para garantizar sus derechos.
Más allá de las demandas externas, es necesario que sean exigentes entre ellos para que cuando salgan a las calles haya un hilo conductor que unifique la marcha en un mensaje específico, dijo Castillo.
“Karabobo tenía un caso como el 33 y ninguna mención. Es preocupante que como comunidad no entendamos hacia dónde queremos llegar colectivamente. ¿Cómo podemos convencer a un gobierno que viola los derechos humanos y a una sociedad atrasada de que queremos derechos si no entendemos el propósito principal de la marcha? Debemos analizarnos y corregirnos, pero no hay nadie que nos oriente”, añadió.