Según estimaciones recientes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas, Venezuela se posiciona como el país con mayor crecimiento económico esperado en América del Sur para 2024.
La economía venezolana experimentará un aumento del 5% en su Producto Interno Bruto (PIB), hecho que se destaca en una región caracterizada por un bajo dinamismo económico. Esta cifra sitúa a Venezuela a la cabeza de las proyecciones de crecimiento de América del Sur y le permite competir estrechamente con República Dominicana, que alcanzará el 5,2%.
El informe de la Cepal publicado por Sputnik este martes también indica que otros países de la región presentarán un crecimiento moderado en sus economías. Le siguen Costa Rica con un 4%, Honduras y Paraguay con un 3,8% y Uruguay con un 3,6%. En cambio, el crecimiento promedio para todos los países de la región se estima en un moderado 1,8%.
Las estimaciones de crecimiento para América del Sur son particularmente bajas, con un crecimiento promedio del 1,5%, lo que refleja una desaceleración significativa en comparación con el año anterior. En el Caribe la expansión será ligeramente mayor, alcanzando el 2,6%, mientras que en Centroamérica y México se espera un crecimiento del 2,2%. Sin embargo, la Cepal pronostica un repunte hacia 2025, con un crecimiento regional promedio del 2,3%, impulsado en gran medida por la recuperación de las economías sudamericanas, que podrían ver crecer su PIB un 2,4%.
Este menor desempeño económico se atribuye a una variedad de factores, incluida la disminución de las tasas de crecimiento del empleo formal, la menor productividad laboral y el aumento del empleo informal. Estos factores han debilitado el potencial de crecimiento de la región, limitando las oportunidades de desarrollo y bienestar de su población. El informe destaca la necesidad de políticas públicas que aborden estos desafíos estructurales para revertir las tendencias actuales.
Por último, el panorama no es alentador para todos los países. Argentina y Haití enfrentarán contracciones significativas en sus economías, que se contraerán un 3,6% y un 3%, respectivamente. Estas caídas reflejan las profundas dificultades económicas que enfrentan ambas naciones, marcadas por crisis políticas, sociales y económicas que continúan socavando su capacidad de recuperación.