Rara vez habla con la prensa venezolana. Una vez terminada la campaña, muy buena campaña con Aguilas Dorados de Colombia, César Farías charla con El Estimuloh
Antes de su vínculo con América de Cali, nos contó todo lo que le deparaba el 2023. Un año de altibajos. El debut en la Copa Libertadores de un equipo decente como el Aucas de Ecuador fue la guinda del pastel, luego aplastado por una sanción, injusta a su juicio, más adelante. Un encontronazo con un futbolista de rivayo
Cállate con Águilas Doradas, y con lo logrado anteriormente en Aucas, “donde nos tenían acostumbrados a lograr todo lo fuera de lo común”. Ha dejado un legado en la formación de ambos equiposEs un deber del técnico, que admite que todavía no consigue sacar a Táchira de la Copa Libertadores 2004: “Aún me hace sonreír cuando me dicen que es la mejor copa para un equipo venezolano”. Está claro que valora cada logro y desafío bien ganado y luego siempre aspira a hacer más.
Al venezolano César Farías, amante del fútbol, le tomó un tiempo reconocer todo lo que había logrado. Sus logros más allá de nuestras fronteras con clubes de otros países sirvieron para darle ese crédito. “Richard Page tuvo un gran discurso que resonó en la gente, un ícono de Venezuela. “Cuando me hice cargo de la selección venezolana no quería ser filósofo, sino dedicarme a trabajar y lograr resultados de manera política. el niño interior que nunca jamás dirigió un partido de la capital”, recuerda de la época en que enfrentó las críticas.
Para Farías, el fútbol es un juego para los que no entienden. Entiende que sucumbe a la opinión de la mayoría de los no expertos, para quienes el estudio y la preparación dedicados a su trabajo por parte de los profesionales tiene poca importancia. Sobre su episodio en Akas dice que el respaldo fue excesivo, pero no se va a desperdiciar en una pelea sin sentido. “Quienes no nos querían me tildaron de temperamental, me tildaron de representante del jugador. Hoy nadie puede probar ninguna de las acusaciones que han hecho en mi contra”, afirmó.
La xenofobia, común en los países donde ha trabajado recientemente, se toma como parte de su trabajo.: “Sólo recibí algunas de esas expresiones en el estadio o de algunos sectores de la prensa, pero yo era un inmigrante de lujo porque respetaba mi nacionalidad”.
Reveló que propuso un plan de 10 años para el desarrollo del fútbol nacional mientras estuvo con la selección y se cumplió en 9 años.Aunque lamentó que “se tomaron decisiones que volvieron a poner al fútbol venezolano en el hoyo”.
En 30 minutos, el laureado entrenador venezolano presentó su visión de lo que había logrado: “Nos hemos convertido en criaturas competitivas.“, dice, sin querer que lo llamen “mejorado”.
Detente y disfruta. Ahora es César Farías, que siempre lo fue.
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