con una espátula
“Venezuela no está investigando o no ha investigado hechos delictivos que puedan constituir crímenes (de lesa humanidad)”. La declaración fue hecha por la Sala de Cuestiones Preliminares de la Corte Penal Internacional, que aceptó la solicitud del fiscal de la corte con sede en La Haya (Países Bajos), Karim Khan, de reabrir la investigación sobre lo sucedido en el país, “desde al menos 2017”.
por accesstojustice.org
El fallo de la cámara aparece en una orden de 45 páginas publicada el 27 de junio de 2023 y representa otro golpe para el gobierno de Nicolás Maduro, que ha pasado los últimos ocho meses intentando varios medios para cerrar la puerta a la candidatura de Khan al cargo. Inicia investigaciones a los responsables de detenciones arbitrarias, torturas, ejecuciones y persecuciones en el país.
En su opinión, los jueces Peter Kovacs, Raine Adelaide Sophie Alapini y Maria del Socorro Flores Lira dieron cinco razones para considerar justificada la investigación de la Fiscalía de la CPI.
1. Sin testamento
“Venezuela no está investigando (y no expresa intención de investigar) denuncias de hechos subyacentes a elementos relevantes de crímenes de lesa humanidad”. Esta fue la primera razón dada por la Cámara para reabrir su investigación sobre Khan.
Ejemplos reconoció que las autoridades habían tomado “algunas medidas de investigación”; Es decir, han introducido algunos mecanismos para las graves violaciones a los derechos humanos registradas en el país. Sin embargo, las consideró insuficientes, pues “no reflejan adecuadamente” la gravedad de lo sucedido.
En los últimos meses, las autoridades han enviado cartas a la Corte Internacional de Justicia, subrayando su tesis de que “no se han cometido crímenes de lesa humanidad” en el país. […]Ni siquiera superficialmente” pareció volver a él como un boomerang.
2. Sin llegar al final
La cámara también criticó contra quién se estaba llevando a cabo la investigación en curso. La orden dice que “el enfoque de las investigaciones internas suele estar en los perpetradores directos (o funcionarios de nivel inferior)”.
Los casos del regidor Fernando Albán, el capitán Rafael Acosta Arévalo y el estudiante David Vallenilla dan fe de esto último. Al igual que en los casos mencionados anteriormente, el Ministerio Público se limitó a investigar a los funcionarios que quitaron la vida a las víctimas y no indagó sobre la posible responsabilidad de sus sucesivos superiores, no consideró la posibilidad de que los hechos relatados fueran parte de un política estatal.
El artículo 28 del Estatuto de Roma deja claro que debe investigarse la responsabilidad por acciones u omisiones a lo largo de la cadena de mando.
3. Investigación limitada
Otra razón por la que la Sala de Cuestiones Preliminares permitió que Khan continuara la investigación en Venezuela fue que consideró que la investigación interna había sido “limitada”.
Hasta el momento, el Ministerio Público ha informado que ha abierto 893 investigaciones por violaciones a los derechos humanos desde 2017. Sin embargo, unos 9.000 venezolanos que se consideran víctimas han dado su opinión en los tribunales, lo que demuestra que el número de casos es mucho mayor.
4. Lentitud inexplicable
El cuarto argumento fue que las autoridades se tomaron el tiempo para investigar los casos denunciados. “Ciertamente parece haber un período de inactividad investigativa”, lamentó la cámara.
El extenso informe enviado por el Ministerio Público y el Ministerio de Relaciones Exteriores a la CPI contiene información que, al parecer, ha terminado jugando en su contra, y una de ellas es que la mayoría de las investigaciones por violaciones de derechos humanos se encuentran en una etapa inicial, aunque en algunos casos han pasado más de seis años.
La oficina dirigida por Tarek William Saab admitió el año pasado que solo 23 casos (2,58%) terminaron en una condena por parte de un juez, mientras que 606 (67,86%) estaban bajo investigación y 764 (85,55%) ni siquiera pudieron determinarse. Delincuentes del delito.
El caso del estudiante Juan Pablo Parnalete es emblemático en este sentido. Después de sostener durante varios años que la tesis de que la Guardia Nacional fue la responsable de la muerte del bachiller en 2017, cuando participaba en una manifestación en Altamira, era errónea, en 2021 Saab finalmente admitió que esa hipótesis era correcta, prueba.
5. Minimizar eventos
Finalmente, la Sala de Cuestiones Preliminares se mostró alarmada por los criterios sostenidos por las autoridades judiciales en algunos casos, al considerar que “no parecen reflejar adecuadamente las formas delictivas que la Fiscalía desea investigar, destacando en particular la intencionalidad discriminatoria subyacente. Los presuntos delitos son de carácter sexual Inadecuada investigación del delito”.
El gobierno venezolano, en su informe, niega que lo ocurrido en el país sea parte de una campaña sistemática contra la disidencia, opinión que la Cámara no comparte. Asimismo, ha negado la investigación de los delitos de tortura, ya que no están previstos en la legislación nacional, lo que demuestra una falta de interés en cumplir con las obligaciones del Estatuto de Roma, que establece que los países que son parte del mismo deben incluirlos. . Los delitos están tipificados en sus leyes internas, por lo que el hecho de que la tortura no sea un delito en Venezuela demuestra que la causa última de los crímenes de lesa humanidad no es objeto de investigación en el país, porque no se investiga. Considerado como un delito.
Y tú eres venezolano, ¿cómo te afecta esto?
El anuncio de la Sala de Preguntas Preliminares de la CPI es histórico y una buena noticia para las víctimas, que ven cada vez más cerca la perspectiva de que sus casos sean escuchados por un organismo independiente. El fallo también revela que el tribunal actúa de buena fe cuando da permiso y representa otra derrota de las autoridades y una táctica para obstruir la justicia internacional.
Es una pequeña victoria en un largo camino aún por recorrer, pero es un acto de justicia para las víctimas que ven cómo en La Haya encuentran lo que les fue negado en Venezuela.